- La policía de Berlín investiga el amago de asalto del Reichstag por parte de unos 200 manifestantes ultraderechistas que se concentraron en la sede del Parlamento alemán tras una manifestación contra las restricciones anticovid que congregó a 30.000 personas.

La intención de "tomar" la sede parlamentaria había sido anunciada a través de redes sociales días antes de la manifestación. La policía había desplegado un dispositivo de 3.000 agentes para garantizar la seguridad el sábado, día en el que se habían convocado un centenar de actos contra las medidas que el Gobierno ha tomado en el contexto de la pandemia.

La Policía acordonó el Reichstag, pero en el momento de producirse los incidentes apenas había tres agentes para contener a los ultras, por lo que el grupo logró pasar. Según explicó el portavoz de la policía Thilo Cablitz en declaraciones a la televisión pública regional berlinesa RBB, los manifestantes "aprovecharon un hueco para burlar el cordón de seguridad y subir a la escalinata".

A lo largo de la jornada de movilización contra las restricciones se produjeron unas 300 detenciones, en su mayoría de ultraderechistas. Los incidentes más graves se produjeron ante la embajada de Rusia, donde se disolvió una concentración de unos 2.000 radicales por no respetar las normas de distanciamiento.

El núcleo de las concentraciones de ultraderechistas, tanto en la embajada rusa como luego en la sede parlamentaria, lo formaban seguidores del movimiento "identitario" de los Reichburger (Ciudadanos del Reich). Mientras mostraban sus banderas anticonstitucionales ante la embajada rusa, entre gritos de apoyo al presidente de Rusia, Vladímir Putin, y consignas y carteles hostiles a la canciller alemana, Angela Merkel, hubo lanzamientos de botellas y otros objetos contra los antidisturbios. Tras las cargas policiales que los dispersó, el grupo de manifestantes de ideología neonazi se dirigió al Parlamento alemán.

Dentro de los 30.000 manifestantes hubo también conocidos defensores de teorías de la conspiración, como el cocinero vegano germano-turco Attila Hildmann, máxima figura de estos movimientos, que acabó detenido.

Estas convocatorias están secundadas por ciudadanos que consideran vulnerada su libertad de movimientos, asociaciones esotéricas y grupos muy diversos, además de reconocidos negacionistas del Holocausto y miembros de la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), única fuerza parlamentaria que apoya estas protestas.Las imágenes de militantes de la derecha radical, algunos de ellos con banderas anticonstitucionales del antiguo Reich y símbolos nazis, en la entrada de la sede parlamentaria causaron estupor entre la gran coalición del Gobierno alemán.

En declaraciones al diario Bild, el ministro del Interior, Horst Seehofer, calificó de "intolerable" que "extremistas caóticos" usen "el centro simbólico de la democracia para sus fines". "Es una vergüenza ver banderas del Reich ante nuestro Parlamento", se sumó el titular de Exteriores, Heiko Maas, a través de su cuenta en Twitter.

El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, también condenó lo ocurrido: "Las banderas del Reich y las arengas ultraderechistas ante el Parlamento son un ataque intolerable al corazón de nuestra democracia", afirmó Steinmeier, en alusión a la simbología nazi que desplegaron esos grupos sobre la escalinata del edificio.

Steinmeier aseguró que quien esté en desacuerdo con las restricciones o las considere innecesarias puede "expresarlo públicamente". No obstante, matizó: "Mi comprensión termina cuando los manifestantes se dejan arrastrar al carro de los enemigos de la democracia y agitadores políticos".

"Las banderas del Reich y las arengas ultraderechistas son un ataque intolerable a la democracia"

Presidente de Alemania