¿Qué valoración hace del acuerdo alcanzado en Bruselas?

—La valoración es, y no puede ser de otra manera, absolutamente positiva. En primer lugar, porque se ha aprobado un paquete de ayudas a la recuperación de la Unión Europea de una dimensión enorme, como no se ha conocido en el pasado. Eso ya es a señalar. Es un paquete de una dimensión enorme para hacer frente también a un problema excepcional. Hacía falta un paquete de ayudas a la altura del reto que tenemos por delante, que es la crisis económica o las consecuencias que nos va a dejar en Europa la pandemia del covid-19. Y creo que también es para valorar positivamente que hay una respuesta europea. Estamos hablando de una respuesta europea a una crisis que está afectando a la inmensa mayoría de los países de la Unión.

España va a recibir en seis años 140.000 millones de euros. ¿Podrá gestionarse parte de ese dinero desde Gasteiz?

—Eso es lo que tendremos que ver a partir de ahora, una vez que se haya aprobado el paquete de las ayudas para la recuperación. Es verdad que buena parte de las claves de reparto se han realizado por Estado miembro y ahora nos va a tocar negociar con el Gobierno español qué parte de los fondos que a priori se le atribuyen al Estado español pueden corresponder a proyectos y a gastos a ejecutar en Euskadi. Toca ahora empezar a hablar y a negociar.

¿En qué tipos de ayuda al ciudadano y a las empresas vascas se puede traducir este pacto europeo?

—Todavía no podemos hablar de qué cifras nos pueden corresponder. Se calcula que España puede recibir 140.000 millones de euros, de los cuales aproximadamente la mitad irán en forma de subvenciones y la otra mitad, si es que se solicitan, irán en préstamos. De ahí no cabe duda que una parte vendrá a Euskadi, pero no podemos dar una cifra. Lógicamente, los fondos que recibamos han de servir para hacer frente a las consecuencias que nos ha dejado la pandemia. Por ejemplo, según las previsiones más recientes del Gobierno vasco, estamos hablando de que prevemos una caída del PIB en Euskadi, de aquí al final de año, del 8,7% y que la crisis del coronavirus puede generar una pérdida importante de empleo. A través de los fondos que podamos conseguir de Bruselas para financiar esas consecuencias podremos definir qué tipo de medidas o programas hemos de poner en marcha para darle la vuelta a esa situación: para generar empleo, para ayudar a las personas que sufran o que puedan eventualmente perder su puesto de trabajo y también para ayudar a nuestras empresas a, no solo hacer frente a los efectos del covid-19, sino también a hacer frente a dos transformaciones que están pendientes: la digital y la medioambiental.

La Unión Europea se ha endeudado para treinta años. ¿Puede generar eso un escenario nuevo de debilidad en la Unión?

-No. Sí es un escenario nuevo. Hace unas semanas, que la Comisión Europea pudiera endeudarse, emitir deuda para financiar este programa de 750.000 millones de euros, parecía absolutamente imposible. Para algunos países era una línea roja. Y, sin embargo, en las últimas horas no era ese punto el que estaba en la mesa creando fricción en las negociaciones. Se había asumido que este programa que se ha aprobado se va a financiar con la emisión de deuda europea. Es verdad que luego lo que está previsto son periodos muy largos de devolución, para que esa devolución de deuda pueda hacerse con el presupuesto de la Unión Europea. Sinceramente, no creo que vaya a debilitar el proyecto europeo y creo que, si se gestiona bien, al contrario, puede reforzarlo. Es un camino nuevo que hasta ahora no se había tomado y bien gestionado, si funciona bien, puede demostrar que las herramientas de este tipo pueden aplicarse en otras situaciones en las que se vea necesario.

¿Cuál debe ser el rol de Euskadi en la Unión Europea en estos tiempos de recuperación económica?

—A nosotros nos toca, por una parte, hacer un trabajo en relación al Gobierno español, para ver de qué manera participamos en este paquete de reconstrucción. Y más allá de los fondos, que es un tema muy importante, seguiremos trabajando para que los gobiernos como los nuestros, con capacidad legislativa, quienes representamos a naciones sin Estado y, sin embargo, tenemos competencias, tengamos voz. Creemos que a día de hoy la gobernanza política de la Unión Europea tiene que ser mejorada y tiene que ser modificada. Es una asignatura pendiente. En septiembre está prevista una conferencia sobre el futuro de Europa y llevamos tiempo trabajando con otros gobiernos para reclamar precisamente que, cuando se hable y se debata sobre el futuro de Europa, también se debata sobre la gobernanza de esa Europa.

  • "Las ayudas serán también para afrontar las transformaciones digitales y medioambientales"
  • "El endeudamiento de la Unión no va a debilitar el proyecto europeo, al contrario, puede reforzarlo"
  • "Reclamaremos que cuando se debata sobre el futuro de Europa, también se debata sobre su gobernanza"