- Los equipos liderados por Michel Barnier y David Frost celebran desde ayer hasta el viernes la tercera ronda de negociaciones para definir la relación futura entre la UE y el Reino Unido. Después solo quedará una más para el encuentro de alto nivel de junio. Entretanto, las posturas continúan muy distanciadas en los puntos clave y el cronómetro no cesa: restan 50 días para acordar la extensión del periodo transitorio.

La primera ronda de negociaciones para definir la relación comercial del futuro entre Bruselas y Londres concluyó a comienzos de marzo “con divergencias muy serias”. La segunda, ya marcada por el covid-19, se celebró a finales de abril con resultados poco mejores. La Comisión Europea acusó, por entonces, a Londres de ralentizar las negociaciones en puntos clave como el acuerdo de pesca o el level-playing field (competencia leal).

La tercera ronda arrancó ayer y se prolongará durante toda la semana. El viernes, Michel Barnier, jefe negociador del Brexit por parte europea, informará sobre el desarrollo de las conversaciones. Las sesiones se realizan a través de videoconferencia y están divididas por once mesas temáticas: comercio de bienes, servicios, pesca, competencia justa, transporte, cooperación judicial, energía, seguridad social, movilidad, participación en los programas europeos y gobernanza.

La cita es clave porque Bruselas y Londres no pueden permitirse continuar encallados. El reloj corre más que nunca. Quedan 50 días para que expire el plazo de prórroga del periodo transitorio. El 30 de junio, ambos lados del canal de La Mancha deben acordar una extensión del tiempo de negociación, que concluye el 31 de diciembre de 2021.

De lo contrario, los escenarios se limitan a dos: forzar un acuerdo de mínimos en los próximos siete meses o sufrir una salida sin acuerdo el próximo 1 de enero. El Reino Unido continúa de facto sujeto a la legislación y programas europeos. Por ello, el Brexit que se consumó el pasado 31 de enero apenas ha dejado consecuencias palpables.