"Fue una niña muy querida, deseada, mimada. Puedo asegurar que hasta 2016, año en que salí de esa vivienda, era la princesa de su casa". Son las palabras de Valeriano Borja, el padre de la pequeña que murió asesinada por su madre en el domicilio familiar de Atxuri el pasado 16 de enero. Menos de 24 horas después de que se diera a conocer el veredicto del jurado popular, que declaró culpable de asesinato con alevosía a Ada por suministrar un cóctel de fármacos "letal" a su hija Kiara, de 9 años, los familiares y allegados de la menor ofrecieron una rueda de prensa para "cerrar un capítulo muy doloroso" y comenzar el duelo por un crimen que rebasa su entendimiento. "Mi gran error fue no preparar a Kiara para defenderse de su propia madre", se lamentó Borja, quien incidió en que buscará la máxima condena posible para su expareja.

Sentado junto a Tamara Pérez, que ha ejercido de portavoz de la familia, Valeriano Borja destacó que dentro de la desgracia que les ha tocado vivir están "esperanzados" con la sentencia que probablemente llegará a mediados de enero. "El fallo ha sido contundente. Confiamos en que habiéndolo pedido tres partes, la condena sea la de prisión permanente revisable", apuntó el padre de Kiara, en referencia a lo solicitado por el ministerio fiscal, la acusación particular que lo representa y la acción popular de la Asociación Clara Campoamor. "De no serla, se recurrirá", expuso el padre, quien considera que el agravante de parentesco y el de que la víctima tuviera menos de 16 años juegan a su favor. "Son 25 años de seguridad de que no va a estar en la calle", manifestó, dando por hecho la condena más severa posible.

En ese sentido, expuso que "no tiene nombre que al declararla culpable, diciendo que había sido premeditado y con alevosía, estuviera tan entera". De hecho, indicó que durante el juicio hubo momentos en los que se giró para dirigirles "miradas desafiantes".

En la vista oral quedó probado que Ada suministró a su hija un cóctel "letal" de fármacos prescritos a ella misma para paliar sus dolores crónicos como consecuencia de varias hernias. Fue la hermana mayor de Kiara, de 19 años, quien alertó a los servicios de emergencias tras hallar el cuerpo de la niña junto a su madre, ambas en estado de inconsciencia. Aunque Ada sostuvo que un "hombre encapuchado" la había obligado a cometer el crimen, los testimonios policiales y psiquiátricos tumbaron su versión.

"¿Todos los de su entorno mentimos y ella es la única que dice la verdad? Qué casualidad", evidenció Pérez, quien opinó que aunque Ada "asumió lo que hizo", el hecho de que tratara de incriminar a otra persona provocó que la confesión perdiera peso en el veredicto. Por ello, Borja consideró que no hay otra sentencia posible que la de prisión permanente revisable. "Si no fuera así, estarían acreditando que esa tercera persona existe, cuando no la están buscando", apuntó respecto a la versión que no creyeron desde el primer momento. De hecho, censuró que durante el turno de palabra de Ada, en la última sesión de la vista oral, señalara a la pareja de Josune, su hija mayor, como la culpable de instigar el crimen. "Si hubiera sido así, habría llamado seguido a su abogado", consideró el padre de Kiara, que no encuentra sentido a esta inculpación tras once meses de prisión en los que supuestamente la procesada no recordaba nada. "El joven ha reaccionado fatal. No deja de ser un crío que se ha visto envuelto en una trama surrealista. Lleva días sin dormir por si lo acusan, pero sabemos que no ocurrirá", reveló.

Valeriano Borja relató ayer que vivió durante ocho años con la procesada y la hija de ambos en el mismo domicilio a pesar de que no tuviera reconocida su paternidad. El padre de Kiara sostiene siempre que no lo hizo porque Ada se lo pidió expresamente para seguir percibiendo la RGI. Actualmente lleva a cabo los trámites para probar una paternidad que ayer quiso constatar a través de varias fotos que ilustraban la relación entre padre e hija. "Hasta ese domingo de mayo de 2016 que salí de la vivienda era una niña más muy querida", apuntó Borja. A partir de entonces, reveló que el trato con Ada se dificultó porque no dejaba que viera a su hija. "Lo que me estuvo haciendo a mí fue lo mismo que le hizo al padre de Josune", añadió.

"Mi marido luchó por la paternidad y la justicia fue justa", apuntó por su parte Tamara Pérez, actual pareja del padre de Josune, que ha sido un pilar fundamental para la joven durante todo este tiempo. Sin embargo, declaró que la relación entre Josune y su padre se retomó hace poco, porque Ada no quiso que llevara los apellidos de su padre. "Un día Josune encontró la sentencia que le daba la razón a mi marido, y ahí fue cuando vio que su madre no le había dicho la verdad", indicó Pérez, quien destacó que "por la desgracia de una vida que se fue, nos unimos aún más". Viendo que la historia se repitió, Valeriano Borja apeló ayer al respeto a la igualdad entre hombres y mujeres. "He visto muchas situaciones en las que las calles han ardido y se ha movilizado muchísima gente, en esta situación ha habido mucho enmudecimiento", censuró Borja, quien consideró que "se debería intentar que la ley se endureciera tanto hacia el hombre como hacia la mujer".