Castro Urdiales - El cráneo encontrado en una caja en Castro Urdiales y la insólita historia que se intuye en torno a este suceso apuntan a uno de esos crímenes para recordar, aunque días después del hallazgo y, tras muchas horas de registros e interrogatorios, siguen las dudas sobre lo sucedido. La Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que la detenida, María del Carmen, utilizó algún método para eliminar los tejidos de la cabeza y dejar solo el cráneo. Todo salió a la luz cuando a una vecina de Castro le dio por abrir la caja que una amiga le pidió que guardara en su casa. Esa amiga es la protagonista de esta historia y la única que puede dar respuesta a los interrogantes de este caso. Se trata de María del Carmen, una sevillana de 61 años afincada en la localidad costera cántabra desde hace siete años, cuando conoció a su pareja, Jesús María. Este hombre, un jubilado de banca vizcaino de 67 años, está en paradero desconocido desde el pasado 11 de abril.

De hecho, se da casi por seguro que el cráneo pertenece a Jesús María, con quien María del Carmen convivía en la casa de él. Cuando los allegados fueron enterándose de que este hombre había desaparecido hubo quien preguntó a su pareja por ello, se interesó por cómo estaba e, incluso, le dio ánimos para sobrellevarlo.

Lo cierto es que ella siguió haciendo su vida: bailando en la Casa de Andalucía, compartiendo tiempo con sus amistades y sin demostrar signos de nerviosismo. Tan normal en apariencia. Sin embargo, todas las hipótesis apuntan a un caso de violencia doméstica con decapitación, aunque se desconoce prácticamente todo: ¿qué ocurrió entre la pareja?, ¿dónde está Jesús María?, y si suyo es el cráneo, ¿dónde está el resto del cuerpo? No es cuestión baladí, porque para manipular un cadáver y separar la cabeza del tronco se precisa fuerza.

La de Jesús María y María del Carmen era una relación consolidada, desde que él, separado, hizo un viaje al sur con un amigo y conoció a esta mujer, a quienes algunos no dudan en definir como de carácter complicado.

Al parecer cuando la Guardia Civil fue a buscar a María del Carmen tras el hallazgo del cráneo, esta comentó que alguien le dejó la caja en la puerta de su casa y que lo guardó porque era el único recuerdo que le quedaba de su pareja. La mujer continúa sin prestar declaración, mientras los agentes volvieron a registrar la vivienda con perros especializados en la localización de restos humanos.