BILBAO. El centro escolar ha pedido este miércoles "guardar el respeto y la intimidad" de la familia de un niño de 13 años, antiguo alumno de ese centro, que murió el pasado lunes en un acantilado en Getxo.

Fuentes de la investigación policial han explicado a Efe que mantienen abiertas varias hipótesis respecto a las razones que podrían haber llevado al adolescente a quitarse la vida arrojándose desde el acantilado.

El menor, han indicado las mismas fuentes, estaba escolarizado en un centro donde sacaba buenas notas y estaba bien integrado, si bien había estudiado en cursos anteriores en otro colegio donde había sufrido problemas de relación con algunos de sus compañeros.

Responsables de ese centro, en el municipio vizcaino de Erandio, donde el niño pudo haber tenido algún conflicto con otros alumnos, han asegurado a Efe que han "mantenido una comunicación constante" con el departamento vasco de Educación siempre que se les ha solicitado "y por supuesto con la Ertzaintza" que está realizando la investigación sobre la muerte del menor.

"Estamos a disposición de las instituciones y también de la familia", han asegurado desde ese colegio perteneciente a la Provincia Marista Ibérica.

En un comunicado, el centro se ha referido a esa muerte como un "triste suceso que le ha ocurrido a un exalumno de nuestro colegio" y ha transmitido "su condolencia a la familia y amigos".

"Sentimos muchísimo el dolor de su familia y si hay algo que podamos hacer por ellos saben que pueden contar en todo momento con nuestra solidaridad, apoyo y respeto a su intimidad y la de su hijo", ha manifestado.

La Ertzaintza analiza por tanto el entorno escolar del fallecido pero también el resto de sus circunstancias personales y familiares.

La consejera de Seguridad del Gobierno vasco, Estefanía Beltrán de Heredia, ha comentado, en los pasillos del Parlamento vasco, que la investigación policial por esa muerte "sigue su curso" y que "todas las líneas de investigación están abiertas".