María Díaz de la Cebosa, presidenta de la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights en el Estado, visita Bilbao con motivo del Día Mundial de los Derechos Humanos. Una fecha señalada en la que alumnos de la Universidad de Deusto ponen voz a 37 activistas que han vivido episodios de tortura, violencia política, esclavitud, discriminación o persecución ideológica a través de la obra "Voces desde la oscuridad". En este contexto, Díaz reflexiona sobre la situación actual de los derechos humanos en el mundo.
Vivimos en un mundo en el que los conflictos están a la orden del día. ¿En qué lugar quedan los derechos humanos en este contexto?
La visión que se puede tener no es muy buena, y más bien es preocupante. La labor que hacemos desde la Fundación Robert Kennedy por los derechos humanos tiene cada vez más sentido. Para nosotros es muy importante no solo poner la voz como lo hacemos con "Voces desde la oscuridad", sino pensar en el presente y futuro de nuestra sociedad que al final es la educación y la formación de la juventud.
En este sentido se están extendiendo ciertos discursos de odio entre grupos de gente muy joven. ¿Le preocupa cómo pueda afectar esto a los derechos humanos?
El problema radica en que no hay una educación histórica de lo que son los derechos humanos. No reciben la base de cómo se ha llegado a lograr una Declaración Universal de los Derechos Humanos y entonces es más fácil radicalizarse tanto hacia un extremo como hacia otro. Es verdad que no hace falta recibir educación para llegar a ese punto, muchas veces va con la persona, pero creo que si existe esa base, más de uno se lo pensaría dos veces.
¿Cree que es más difícil generar conciencia si los derechos han venido dados y no ha habido que pelear por ellos?
Es más difícil porque cuando tienes ese exceso de bienestar generalizado, tienes una pérdida de la realidad. Vives en una burbuja donde supones que todo son derechos que tienes que recibir, pero no te das cuenta que cada derecho tiene una obligación. Lo das todo por hecho y no es así, hay que seguir.
Desde la Fundación Robert F. Kennedy, ¿ven posible la generación de esa conciencia entre los jóvenes para que puedan ser líderes del cambio?
Totalmente, pero no es una responsabilidad únicamente de los jóvenes. Esto viene de atrás y todas las generaciones que estamos compartiendo este espacio vital somos responsables. La gente joven tiene que estar bien acompañada y tiene que poner en entredicho todo lo que se da por hecho.
¿Qué proyectos llevan a cabo desde la fundación para la defensa y promoción de los derechos humanos?
"Voces desde la oscuridad" forma parte de un proyecto que se llama Speak Truth to Power en el que a través de la narración de historias y el aprendizaje interactivo proporcionamos a los jóvenes los conocimientos que necesitan para crear un cambio. También estamos trabajando en los derechos humanos y la formación a través del deporte con diferentes clubs de fútbol y colegios con los que creamos diferentes actividades desde los más pequeños hasta los adultos.
En "Voces desde la oscuridad" se narran 37 testimonios reales de activistas que han vivido episodios de violencia, discriminación y persecución por el hecho de defender los derechos humanos. ¿Hay alguna historia que le inspire especialmente?
Realmente son todos, pero por ejemplo el caso de Malala me impresiona. Como mujer, como niña, que haya tenido esa fuerza y esa valentía es algo que me conmueve. Pero son tantos, que me cuesta quedarme con uno.
"Voces desde la oscuridad" se ha representado ya en varios países y en varias ocasiones. ¿Qué impacto está teniendo?
El impacto que tiene esta iniciativa es que cuando tú estás ante la obra, te quedas totalmente impactado. Ese impacto te llega tan dentro del alma y del corazón que te hace replantearte muchas cosas. Lo que es la maldad porque sí, el miedo... Todo por lo que han pasado estas personas. Nadie se queda indiferentes después de verlo.
¿Qué mensaje le gustaría mandar a la sociedad?
Primero, que los derechos humanos tienen que ser correspondidos con obligaciones; segundo, que no nos podemos dejar caer veamos lo que veamos en las noticias, hay esperanza; y tercero, que la juventud y nosotros acompañándolos, harán un mundo muchísimo mejor.