Con esta reflexión, Jean Flesher, presidente de la Federación de Euskal Etxeak agrupadas en N.A.B.O., resume el gran reto de la diáspora vasca en EE.UU. Flesher repasa los esfuerzos por expandir la red de casas vascas, revitalizar el uso del euskera y, sobre todo, conectar a las nuevas generaciones con sus raíces. El objetivo es claro: asegurar que la identidad vasca permanezca entre los jóvenes del siglo XXI.

Han pasado ya diez años desde el último Jaialdi . ¿Qué significa para usted y para la diáspora vasca este regreso tan esperado?

Jaialdi es la fiesta vasca más grande en América del Norte pero no es la única. Por ello, en estos últimos 10 años, a excepción del año de la pandemia, hemos podido seguir con normalidad nuestros programas, con lo cual todas las demás fiestas han podido celebrarse de forma habitual. Aunque una gran parte de Jaialdi está pensado y organizado para mostrar nuestra cultura a los americanos que no son vascos, es cierto que hay muchos vascos que asisten a la fiesta y es algo muy bonito, especialmente para aquellos que no tienen oportunidades de viajar a Euskal Herria. En Jaialdi podrán ver los mejores artistas, dantzaris, músicos, etc. del País Vasco y todos vamos a tener la oportunidad de disfrutar de estas experiencias aquí, en los Estados Unidos. También, tendremos la ocasión de ver a aquellos amigos que viven en otros lugares y que no hemos visto a lo largo del tiempo. Pero, lo cierto es que la mayor parte del Jaialdi es un espectáculo de cultura vasca para gente que no es de nuestra cultura, y que aprenden, quiénes somos, cuál es nuestra historia y nuestras tradiciones. 

"Jaialdi está pensado y organizado para mostrar nuestra cultura a los americanos que no son vascos"

Desde la federación de Euskal Etxeak, ¿cómo se han preparado para este Jaialdi 2025 y qué papel desempeñan?

En realidad, no tenemos mucho que ver con la organización de esta fiesta. La N.A.B.O., nuestra federación de Euskal Etxeak de América del Norte, va a tener su reunión anual durante la fiesta, y también estamos patrocinando un almuerzo para unos jóvenes que han participado en uno de nuestros programas, Ateak Ireki; sus familias, los organizadores de este programa en Euskadi que están de visita en Jaialdi, y las familias anfitrionas que estarán en Boise están invitados. Fuera de esto, el Jaialdi tiene su propia junta directiva y ellos organizan todo sin la ayuda de nuestra organización.

"Las Euskal Etxeak desempeñan un papel fundamental en la preservación de nuestra cultura, nuestra lengua y nuestras tradiciones"

¿Cómo describiría la labor que realizan las Euskal Etxeak en Estados Unidos y en el resto del mundo?

Las Euskal Etxeak desempeñan un papel fundamental en la preservación de nuestra cultura, nuestra lengua, nuestras tradiciones, etc. La mayoría fueron fundadas por vascos, que al emigrar se encontraron en países extranjeros donde todo les resultaba extraño y muy diferente a Euskal Herria. Ante esa realidad, comenzaron construyendo hoteles y restaurantes donde poder juntarse con otras personas de su país, hablar su idioma y donde poder vivir, por unos momentos, como vascos. Se trataba de lugares pequeños pero con el tiempo, esos hombres y mujeres se unieron para levantar lugares más grandes: las Euskal Etxeak. Más adelante, muchos de ellos formaron familias con otros vascos y, al tener hijos, esas casas se transformaron en espacios donde las nuevas generaciones pudieron reunirse para descubrir sus raíces, aprender danzas, conocer su cultura y, en muchos casos, estudiar también el euskera. Es en este mismo espíritu que hoy continuamos el trabajo iniciado por nuestros padres, abuelos y antepasados: para que el alma vasca siga viva en el corazón de nuestros hijos, nietos y de las generaciones por venir.

¿Es complicado mantener viva la cultura vasca entre las generaciones más jóvenes nacidas fuera de Euskal Herria?

Un poco sí. Antes era mucho más difícil, especialmente en los años en que los extranjeros y las personas de otros países no eran aceptados en la sociedad americana (y creo que lo mismo ocurría en otros países). En esa época, muchos padres no enseñaban euskera a sus hijos, diciendo que debían aprender inglés y convertirse en americanos. Pero en las últimas cuatro o cinco décadas, las cosas han cambiado. Empezó a ser normal ser americano y, al mismo tiempo, algo más: francés, español, alemán, y también vasco. Hoy forma parte de nuestra vida sentirnos orgullosos de nuestras raíces y celebrar quiénes somos. El desafío ahora es diferente: existen muchísimas opciones en las que uno puede participar, especialmente los jóvenes. Esa es nuestra lucha actual: lograr que nuestra cultura siga siendo relevante para nuestros hijos, tanto que ellos quieran aprender y participar en los programas que promueven N.A.B.O. y las Euskal Etxeak. La esperanza es que, con el tiempo, ellos también quieran transmitir estas tradiciones a sus propios hijos y nietos, y que algún día deseen asumir la responsabilidad de mantener vivas las Euskal Etxeak en el futuro.

¿Las nuevas tecnologías facilitan esa conexión con Euskal Herria?

Sí, seguro. Con Internet y las redes sociales tenemos instantáneamente novedades de lo que pasa en Euskal Herria, noticias de nuestras familias, videos y grabaciones de cualquier artista vasco y de cualquier concierto, libros, películas… Casi todo lo que quieras está disponible en Internet, por lo que hay mucha más conexión.

¿Qué desea para las Euskal Etxeak en los próximos 10 años?

Estamos trabajando intensamente para crear nuevas Euskal Etxeak en lugares donde hoy vive una población vasca considerable, pero donde anteriormente no había mucha presencia. Como he comentado, también luchamos por acercarnos a los jóvenes, desarrollando programas que sean relevantes para ellos, en lugar de seguir ofreciendo los mismos que fueron importantes para nuestros antepasados. Otro de nuestros grandes retos es la transmisión del euskera a las nuevas generaciones. Este año, en la reunión de N.A.B.O. durante Jaialdi, vamos a firmar un nuevo acuerdo con el Gobierno Vasco y el Instituto Etxepare para reforzar nuestro programa de euskera, llevándolo a un nuevo nivel, similar al que ya se ha alcanzado en Argentina. Este contrato es histórico y puede ser clave para el futuro del euskera en América del Norte. 

"En la reunión de N.A.B.O. durante Jaialdi, vamos a firmar un nuevo acuerdo con el Gobierno Vasco y el Instituto Etxepare para reforzar nuestro programa de euskera"

Además, tenemos dos programas para nuestros jóvenes: Udaleku y Ateak Ireki, que esperamos que sobrevivan y crezcan. Udaleku está dirigido a jóvenes de entre 10 y 15 años, quienes pasan dos semanas aprendiendo sobre nuestra cultura. Participan jóvenes de distintos Estados, lo cual es fundamental para el futuro de nuestras Euskal Etxeak y de N.A.B.O. y puedan colaborar en un futuro. Ateak Ireki, por otra parte, es un programa de intercambio para jóvenes de entre 16 y 25 años, en el que unos treinta participantes viajan a Euskadi -hasta ahora, a la comarca del Goierri, en Gipuzkoa- durante tres semanas. Se alojan con familias anfitrionas y pasan los días recorriendo Euskal Herria, aprendiendo sobre nuestra historia, nuestra lengua y nuestra cultura. Si estos dos programas siguen vivos y continúan siendo exitosos, nuestro futuro será brillante.

"Muchos jóvenes no conocen a sus familias en Euskal Herria, y programas como Ateak Ireki les dan la oportunidad de reconectar con sus raíces"

Lo más importante, para mí, es construir un futuro con muchas conexiones entre nuestra juventud y Euskal Herria. La mayoría de nuestros jóvenes ya están muy alejados del inmigrante original que llegó desde allí en busca de una nueva vida. Muchos no conocen a sus familias en Euskal Herria, y programas como Ateak Ireki les dan la oportunidad de reconectar con sus raíces y descubrir realmente quiénes son. Si podemos seguir desarrollando iniciativas como esta, nuestras Euskal Etxeak florecerán.