El Gobierno vasco dio ayer martes luz verde a la Estrategia de Garantía Infantil de Euskadi 2030 (EGIE 2030), una hoja de ruta que busca asegurar los derechos de niñas, niños y adolescentes, así como proporcionarles oportunidades para desarrollar sus proyectos de vida. Esta estrategia está alineada con la Garantía Infantil Europea e incide de forma novedosa en áreas como el ocio y la cultura, así como en la participación social y política. Entre los retos que se plantea se encuentra garantizar el acceso de este colectivo a una vivienda segura y adecuada.

La consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa, que presentó el documento tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno, afirmó que “en una Euskadi en transformación y crecientemente diversa, es imprescindible impulsar una política de infancia y adolescencia, y familias, basada en los principios de calidad, eficiencia, universalidad y solidaridad”.

Esta nueva estrategia es un documento de bases que estable diez retos y doce objetivos que constituyen orientaciones para la acción del sector público, en cooperación con las familias y comunidades, el tercer sector social y las empresas.

Una de las novedades de esta estrategia radica en el enfoque centrado en derechos, integral y preventivo. Además destaca el énfasis en las políticas dirigidas a la infancia y adolescencia, entendiendo a las personas menores como sujeto de derechos y protagonistas de su vida, y propiciando su participación. El texto incluye la necesaria diferenciación de las políticas de infancia y adolescencia, respecto a las políticas de familias, sin perjuicio de su necesaria articulación.

Cabe destacar el desarrollo de un sistema de seguimiento y evaluación, incluyendo una matriz de indicadores a desplegar para el diseño, monitorización y evaluación del V Plan interinstitucional, reforzando así la evaluación y las políticas basadas en la evidencia. 

La Estrategia de Garantía Infantil de Euskadi, junto a los sucesivos planes interinstitucionales que la desarrollen, representan “una inversión social de primer orden”, en palabras de la consejera Melgosa.

Además de enmarcarse en la Convención de Derechos del Niño, la Agenda 2030 y el Pilar Europeo de Derechos Sociales, la nueva estrategia vasca se encuadra en la Ley de Infancia y Adolescencia, que incorpora la perspectiva de que las niñas, los niños y adolescentes son “personas titulares de derechos, protagonistas de su presente y constructoras activas de su futuro y del futuro de la sociedad vasca”.

Esta perspectiva está centrada en la promoción del ejercicio efectivo de todos los derechos por todas las niñas, los niños y adolescentes, pero que presta particular atención a la primera infancia, como una etapa clave, así como a la infancia en exclusión o vulnerable.

El documento incluye objetivos como promover que las personas menores en situación de pobreza accedan a las prestaciones y ayudas económicas del Sistema vasco de Garantía de Ingresos y para la Inclusión social, conforme a sus requisitos, “a fin de reducir la prevalencia e intensidad de las situaciones de pobreza en la infancia y en la adolescencia”.

A su vez, pretende impulsar el acceso efectivo de las familias con hijos a ayudas económicas que contribuyan a compensar el coste de la crianza, mediante ayudas directas y deducciones fiscales en el IRPF.

OBJETIVOS

Esta estrategia tiene como meta facilitar el acceso a las actividades extraescolares, el ocio y el ocio educativo, la cultura y el deporte de las personas menores en situación de vulnerabilidad y la adaptación de las actividades, estructuras y equipamientos a sus necesidades diversas.

A su vez, trata de promover los apoyos (socioeducativos y psicosociales) en el medio comunitario a los niños, las niñas y adolescentes en situación o riesgo de desprotección y facilitarles en su caso figuras de referencia y apoyo afectivo, de modo que reciban apoyos preferentemente en el medio comunitario. También se plantea como meta favorecer el acceso de las familias -y especialmente de las más vulnerables- a las ayudas para la conciliación y a los programas de parentalidad positiva, así como dotar a niños, niñas y adolescentes, de las habilidades y herramientas necesarias para evitar la brecha digital y favorecer el uso saludable de internet, las redes sociales y las tecnologías de la relación, la información y la comunicación.

Por otra parte, se intentará impulsar el ejercicio del derecho de las niñas, los niños y adolescentes a un espacio urbano adaptado a sus necesidades, desarrollando para ello proyectos que incluyan usos nuevos de los recursos disponibles y proyectos de regeneración y reordenación urbana.

La estrategia servirá, además, para promover la accesibilidad y asequibilidad de los servicios a niños, niñas y adolescentes, así como para garantizar el acceso universal, gratuito y ágil al servicio de atención temprana entre otros objetivos.

RETOS

1. Tasa de pobreza. Reducir la tasa de pobreza infantil y su brecha respecto a la tasa en la población adulta.

2. Cuidado. Garantizar servicios de atención y cuidados a la infancia, accesibles, asequibles y de calidad, especialmente para las familias con mayores necesidades.

3. Conciliación. Impulsar fórmulas de conciliación de la vida laboral y familiar orientadas al conjunto de las familias, con atención a las necesidades y circunstancias de aquellas en situación de precariedad o vulnerabilidad socioeconómica. 

4. Igualdad. Garantizar la igualdad de oportunidades y favorecer la movilidad social ascendente en la sociedad del conocimiento. 

5. Hábitos saludables. Promover la salud y la adquisición de hábitos saludables en las niñas, los niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. 

6. Vivienda. Garantizar el acceso de todas las niñas, los niños y adolescentes a una vivienda segura y adecuada. 

7. Riesgo de desprotección. Reforzar el trabajo con niñas, niños y adolescentes en situación o riesgo de desprotección, especialmente en el entorno comunitario. 

8. Ocio. Impulsar el acceso de las niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad al ocio y tiempo libre educativo, las actividades extraescolares, la cultura y el deporte.

9. Vulnerabilidad. Ampliar las posibilidades de participación social de niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. 

10. Cooperación. Promover que todos los sectores y agentes sociales cooperen en el impulso de esta estrategia.