El Ararteko ha hecho un llamamiento a las administraciones vascas para que desarrollen medidas e iniciativas de formación, educación o sensibilización de la infancia y juventud, así como de las personas adultas que intervienen en sus procesos de educación y socialización, ante la persistencia entre los jóvenes vascos actitudes y valores machistas.

El defensor del pueblo vasco ha presentado este martes el informe 'Actitudes Machistas entre la Población Adolescente y Joven de Euskadi', que advierte que los adolescentes de Euskadi siguen manteniendo actitudes sexistas, pese a los avances en igualdad de género.

El estudio, elaborado por la Fundación EDE en colaboración con el Ararteko, pone de manifiesto la normalización de comportamientos que perpetúan las desigualdades y la violencia machista contra las mujeres entre los jóvenes analizados, de entre 14 y 29 años.

Los estereotipos de género siguen vigentes

Según este trabajo, los estereotipos de género siguen profundamente arraigados entre los jóvenes. A pesar de que algunos roles tradicionales se han debilitado, los adolescentes aún perciben diferencias claras entre las características que definen lo masculino y lo femenino. Los hombres se ven a sí mismos como independientes, fuertes y decididos, mientras que las mujeres son percibidas, tanto por ellos mismos como por los hombres, como más emocionales, empáticas y sensibles.

"Los imaginarios tradicionales sobre la masculinidad y la feminidad que siguen presentes en la sociedad son en buena medida asumidos también por las personas jóvenes. Distinguen claramente las cualidades que les parecen más propias de un sexo que de otro. El imaginario de lo femenino y lo masculino tiende a contraponerse, de forma que las expectativas en relación con cada uno de los sexos son muy diferentes", indica la investigación.

Este análisis revela que los jóvenes no solo reconocen estas diferencias, sino que también las aceptan en gran medida. Los estereotipos asociados al cuidado y la sensibilidad siguen vinculando a las mujeres con roles subordinados y a los hombres con la autonomía y la autoridad.

Relaciones de pareja: celos y control

Otro de los aspectos relevantes del informe es el análisis de las relaciones de pareja. El estudio muestra que, aunque los jóvenes valoran aspectos positivos como la fidelidad y la confianza en sus relaciones, los estereotipos del amor romántico y el control siguen muy presentes. Aproximadamente un 27,9% de los hombres jóvenes y un 14,9% de las mujeres jóvenes consideran que los celos son una prueba de amor, lo que indica que muchos de ellos y ellas ven estos comportamientos controladores como normales y aceptables en una relación.

Además, casi el 18% de los jóvenes varones considera "normal" revisar el móvil de su pareja si sospechan que les están engañando, una práctica que está más extendida entre ellos. Estas actitudes reflejan la persistencia de formas sutiles de control y violencia en las relaciones de pareja, lo que contribuye a la perpetuación de la violencia machista, advierte el trabajo.

Igualdad

Por otro lado, el grado de igualdad percibido por la población vasca ha descendido, tanto entre las personas jóvenes (pasa de una nota medida de 6,8 sobre 10 puntos en 2015 a un 6,2 en 2021), como en el conjunto de la sociedad (de 6,4 a 5,8).

Los datos también muestran que el grado de igualdad de mujeres y hombres que la juventud vasca percibe que hay en nuestra sociedad es algo superior al que perciben otros grupos de edad.

Así, las personas jóvenes de la CAV valoran el grado de igualdad en 2021 con una puntuación media de 6,2 sobre 10 puntos, una nota ligeramente superior a la registrada para el conjunto de la población (5,8). 

Presión social y machismo

La investigación profundiza asimismo en la presión social que enfrentan los jóvenes en relación con los roles de género. Las mujeres jóvenes reportan una mayor presión para cumplir con estándares de belleza y apariencia física, mientras que los hombres sienten más presión para ser exitosos en el trabajo y en las relaciones sexuales. Este último punto es clave para entender cómo los hombres se ven empujados a mantener una imagen de "masculinidad hegemónica" que valora la fuerza, la independencia y el dominio sobre sus emociones, dejando poco espacio para la vulnerabilidad o la expresión emocional.

A pesar de los avances en igualdad, el informe revela que la segregación por género sigue presente en los itinerarios formativos y profesionales. Las mujeres jóvenes siguen optando mayoritariamente por disciplinas asociadas al cuidado, como la educación y la sanidad, mientras que los hombres predominan en sectores tecnológicos e industriales. Esta segregación también se refleja en la vida laboral, donde las mujeres continúan asumiendo la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidados.