El buque de salvamento humanitario Aita Mari ha rescatado a 34 personas en aguas del mar Mediterráneo, entre las que se encuentran una mujer embarazada y tres menores de edad. Durante el rescate se han vivido momentos de tensión, ya que han aparecido otras tres embarcaciones "con algunos tripulantes encapuchados y armados que han provocado la confusión en el momento del rescate", aunque han permitido al Aita Mari proceder al rescate.

Los hechos han tenido lugar en la madrugada de este domingo, cuando el Aita Mari, que zarpó a comienzos de mes en la que ya es su 13ª misión en el Mediterráneo, ha encontrado a esta embarcación con 34 personas a bordo. Se trata de personas que "huían de Libia y cuya procedencia oscila entre Egipto, Nigeria, Bangladesh y, sobre todo, Siria".

En esas tres decenas de personas hay dos mujeres, de las que una se encuentra embarazada de 7 meses. Embarcó junto a su hermano de 14 años y otros dos menores.

Las 34 personas rescatadas se encuentran en buen estado, según informa la asociación de salvamento marítimo humanitario, aunque la operación ha tenido momentos de tensión.

Cuando la tripulación del Aita Mari ya ayudaba a las personas a la deriva a subirse a la embarcación, han aparecido otros tres barcos "libios con algunas personas enmascaradas y armadas, y otras con el rostro visible, lo que ha provocado momentos de tensión y una persona se ha tirado al agua".

El objetivo primordial ha sido estabilizar la situación, lo que tras recuperar al que saltó al agua, el capitán de Aita Mari ha ordenado seguir con la evacuación.

Se llevan el barco

Una de las tres embarcaciones ha optado por retirarse y los otros dos botes libios se han quedado en el lugar, Así, una de las embarcaciones se ha marchado y las otras dos "se han quedado observando en la zona. Al finalizar el rescate, hombres de uno de los dos barcos libios, en medio de la oscuridad y sin luces, han saltado por sorpresa a la embarcación (ya vacía) en la que viajaban las personas en busca de refugio, han arrancado el motor y se la han llevado. Una práctica que han comenzado a realizar las mafias para recuperar embarcaciones en los últimos tiempos".

"Siguiendo la política de alejar los barcos de rescate de una de las rutas marítimas más mortíferas del mundo", el Gobierno italiano ha asignado al Aita Mari el puerto de Ravenna como puerto de desembarco. Esto significa que la llegada prevista al enclave del mar Adriático, entre San Marino y Venecia, se estima para el viernes por la noche.

Facilitar el rescate

En la nota remitida a los medios, Salvamento Marítimo Humanitario recuerda que "los guardacostas libios, financiados por Europa, deberían facilitar y no, en cambio, poner en riesgo las operaciones de rescate que, por otro lado, son de obligado cumplimiento para los países ribereños. Además, volvemos a exigir a los gobiernos europeos que habiliten vías legales y seguras para quienes buscan asilo en Europa o se ven obligados a salir de sus países, para que no tengan que poner en riesgos sus vidas en el mar o en otras rutas en las que se vulneran los derechos humanos más básicos".