Un total de 85 vascos con una enfermedad terminal o invalidante han recibido ayuda médica para morir desde la entrada en vigor de la ley que regula la eutanasia, en junio de 2021, hasta los últimos datos cerrados a 31 de diciembre de 2023. Así, en dos años y medio se han practicado 85 procedimientos de eutanasia, prácticamente tres cada mes. Los datos, han sorprendido a las asociaciones de defensa a morir dignamente que consideran que hay menos casos de los esperados.

Sin embargo, en este periodo de tiempo, el número de solicitudes que han llegado a la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia de Euskadi se elevan a 121. “Eso no significa que hayamos desestimado 36 peticiones. Hay veces que el propio paciente solicita un aplazamiento, o que fallece porque su enfermedad está muy avanzada”, aclara Itsaso Bengoetxea, presidenta de dicha Comisión y médico de Cuidados Paliativos. Y es que Osakidetza inició un total de 205 solicitudes. Es decir, en 205 historias ha habido petición de información sobre eutanasia.

El perfil mayoritario de los solicitantes ha sido pacientes con enfermedades neurológicas, en un 42%, seguido muy de cerca de los pacientes oncológicos, un 31%. La edad media de la persona que ha recibido ayuda médica para morir es de 71 años, aunque en los pacientes con cáncer, baja hasta los 67 años.

La ley establece que debe existir 15 días de deliberación entre el médico y paciente. Luego se hace la segunda solicitud y se firma el consentimiento. Y una vez que el médico consultor también ha dicho que sí, se comunica a la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia. Es decir, desde que se ha realizado la solicitud hasta que el caso está finalmente en la mesa del organismo que tiene la última palabra, pasarían de tres a cuatro semanas. “Normalmente se realiza la primera solicitud muy tarde, en una situación clínica muy avanzada, entonces la mayoría fallece en ese periodo de casi un mes. Pero también hay pacientes que han ido a informarse, pero luego han desistido y no han seguido con el procedimiento”, destaca Bengoetxea.

Llegados a este extremo, se tarda unos seis días de media en resolver el caso. “Desde que se nos notifica hasta que comunico la verificación de la comisión, tenemos por ley once días pero lo hacemos en menos”, afirma.

En relación a la objeción de conciencia a la hora de garantizar esta prestación, la cifra de objetores es minoritaria y el número de censados en el registro oficial de Euskadi supone un porcentaje muy bajo con respecto al personal de Osakidetza. En concreto, el Departamento de Salud tiene contabilizados un total de 384 médicos, y 84 enfermeras como objetores, por lo que el impacto de la objeción en la tramitación de las solicitudes de eutanasia ha sido mínimo.