Dos de cada tres profesionales sanitarios agredidos en el ejercicio de su trabajo son mujeres, que además, reciben el 70 % de los insultos y vejaciones, el 65 % de amenazas, el 58 % de las lesiones físicas y el 75 % de los casos de acoso, una brecha de género que se ha incrementado año tras año desde 2016.

En las mujeres menores de 35 años se acumula el mayor numero de agresiones, con un total de 132 agresiones, lo que supone el 71 % de toda esta franja de edad.

Son datos del último Observatorio Nacional de 2023, que se ha presentado este lunes con motivo del Día Europeo contra las Agresiones a Médicos y profesionales sanitarios, y que refleja un total de 769 comunicadas en el último año, dos al día.

Es el segundo año con el mayor número de episodios violentos contra profesionales sanitarios tras 2022, cuando se contabilizaron 843 casos, un 9 % más.

Desde que la Organización Médica Colegial de España (OMC) comenzó el registro en 2010, se han comunicado un total de 7.261, de las que el 87 % se han producido en el sistema público de salud.

Atención Primaria se lleva la mayoría

La mayoría se producen en Atención Primaria, donde las agresiones representan el 43 %, seguido de los hospitales, en los que han bajado 7 puntos hasta el 20 %, por delante de Urgencias de Hospitales (10 %) y Urgencias de Atención Primaria (10 %), que repuntan levemente.

Según el tipo de agresión, las amenazas y coacciones conforman el 51 % del total -el 65 % de ellas a mujeres- frente al 37 % que suponían en el 2022, mientras que los insultos y vejaciones se han reducido hasta el 36 % y las lesiones hasta el 11 %.

El 11% acabaron en lesiones físicas, que padecieron un 58 % las mujeres y un 42 % los hombres. Un 13 % del total culminó en baja laboral, tres puntos más que al año pasado.

Sin embargo, menos del 40 % de las agresiones comunicadas en los colegios de médicos han sido denunciadas.

Durante la presentación del informe, el secretario general de la OMC y coordinador del Observatorio, José María Rodríguez, ha aclarado las causas de estos comportamientos: las asistenciales representan el 84 % y las estructurales el 16 %, siendo estas últimas dependientes del funcionamiento del centro de salud.

En este sentido, el 58 % de las agresiones por causas asistenciales se producen por discrepancias con el diagnóstico o el tratamiento ofrecido, mientras que la mayoría de los conflictos por causas estructurales, el 72 %, suceden por una prolongación del tiempo de espera en ser atendido.

Respecto a los agresores, se trata principalmente de pacientes programados (47 %), tras los cuales se sitúan los no programados (30 %) y acompañantes (22 %). Su perfil corresponde al de un varón de entre 40 y 60 años, pero cuando se trata de menores de 40 años, predominan las mujeres.

La respuesta en los centros sanitarios

Por comunidades, las regiones que presentan una mayor incidencia acumulada de notificaciones de agresión son Catalunya -5,92 por cada mil colegiados-, Cantabria -4,70- y Extremadura, con una tasa de 4,24.

Las comunidades que menos agresiones han comunicado son las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla -sin casos registrados-, Galicia -0,5- y Euskadi -0,63-.

Tan solo el 52 % de los profesionales de la salud afirma haber recibido apoyo o asesoramiento en el centro de trabajo, un 15 % por debajo de los datos de 2022 y una situación que, según Rodríguez, se debe en gran parte a un silencio por parte de los médicos en el centro sanitario: "Hemos interiorizado que la agresión va incluida en el sueldo".

Ante esta situación, el coordinador del Observatorio asegura que están poniendo en marcha mecanismos "para dar protección jurídica, personal y psíquica desde los colegios y las consejerías" a los profesionales agredidos.

La OMC ha presentado una nueva edición de la 'Guía contra las agresiones" para asesorar a los profesionales sobre cómo deben actuar ante una situación violenta en la consulta y comunicarla en el centro de salud y en el colegio de médicos.

La primera la realizó en 2009, tras el asesinato a tiros de la doctora Eugenia Moreno en el centro de salud en el que trabajaba del que hoy se cumplen 15 años y que supuso "un punto de inflexión" en el abordaje de estas agresiones.