Les cuesta compartir techo, pero, por lo demás, sus miedos son comunes. Paula Scheroff explica cómo forman en Apnabi a personas con trastorno del espectro autista para vivir de forma independiente.

¿A qué edad se suelen independizar las personas con TEA?

—La mayoría de las que están independizadas en Apnabi tienen más de 30 años. Las personas que van a la formación están enfocadas al ámbito laboral y tienen intención de salir del nido a medio o largo plazo.

¿Tener trabajo es el primer paso?

—El trabajo es la llave hacia esa vida independiente, que tengan ese sustento económico para poder irse y no depender de nada ni nadie.

¿Viven solos o comparten piso?

—Suelen preferir no compartir, no convivir con otras personas, lo que no implica que no puedan hacerlo.

¿Cuáles son sus principales dificultades al independizarse?

—En lo que respecta a las tareas o gestión económica pueden recibir ayudas puntuales, pero lo que más suele costar es afianzar el trabajo.

¿Qué les suscita más interés?

—El tema de la convivencia suele generar inquietud y a la vez interés. Los fines de semana experienciales que se hacen en la formación en el hogar de Apnabi es algo que destacan como muy interesante.

Higiene, hábitos saludables... ¿no lo traen aprendido de casa?

—Hay mucha variedad. Hay personas que han participado en la formación y tienen mucho reparo en el tema de la cocina o que hacen alguna cosilla en tareas del hogar, pero no participan tanto como quisieran o no se les ha dado la oportunidad. Solo he puesto una vez la lavadora, no controlo muy bien. Pues vamos a ver de qué manera lo hacemos. O la secadora. O fregar no se me da muy allá porque tenemos lavavajillas. Las sesiones son bastante flexibles dependiendo del grupo. Tenemos muy en cuenta sus inquietudes y dificultades.

En el curso también trabajan la prevención de riesgos.

—Algunos comentan: A mí la cocina me da un poco de miedo, los posibles accidentes, el fuego... Entonces, cuando se habla de alimentación, también se dan algunas pinceladas de prevención. En lo que respecta a los suministros, el tema de las facturas lo agradecen mucho, saber entenderlas. Este consumo a qué se debe y qué puedo hacer para mejorar esos consumos que a veces se nos disparan. Les damos pequeños consejos.

¿Les cuesta gestionar los gastos?

—Les suele costar el tema del ahorro, ser conscientes de que no solo hay que tener una visión al día, sino semanal, mensual e incluso anual. Ser conscientes de todo lo que implica un hogar. Eso lo enfatizamos mucho, que tienen que contar con todos los gastos: con pagar un alquiler, las compras, las facturas y luego contar con un poquito de ocio y también, si cabe, ahorrar.

¿Qué miedos o inseguridades tienen cuando se van a vivir solos?

—Depende mucho de la persona. Lo que más suele preocupar es el tema económico o los posibles accidentes en el hogar.

¿En la práctica suele haber incidentes, como una sartén olvidada en el fuego, o son cuidadosos?

—En general son cuidadosos y también lo trabajamos en la formación. Lo tenemos muy en cuenta porque es algo que suele dar bastante reparo. Ay, el fuego, la calefacción, que la he dejado encendida. Solemos enfatizar bastante en eso.

¿Las familias de personas con TEA tienden a sobreprotegerlas? ¿Tienen más miedos?

—Yo no veo muchas reticencias por parte de las familias. No más allá de las que pudo tener mi madre cuando yo me fui. Saber que nosotros estamos detrás, que hay un seguimiento o se hacen unos apoyos también les tranquiliza, tener de vez en cuando un feedback.

¿A nivel social encuentran trabas?

—No, son personas muy responsables y respetuosas con los vecinos. A día de hoy de las personas que están independizadas no he recibido ninguna queja de ningún tipo por parte de ningún vecino.