Llama la atención la cifra de problemas psicológicos que se atendieron desde Zeuk Esan el pasado año. ¿Qué situaciones les trasladaron?

—En alrededor del 30% nos hemos encontrado con situaciones que tienen que ver con la soledad y necesidad de dialogar con una persona por sentimiento de soledad, y estar con incertidumbre. Y suele haber un porcentaje alto con temas relacionados con temas propios del ciclo vital: ansiedad, miedos… hasta en un 17-19%. En un 9% ha habido depresión, sentimientos de culpa… y un 7% si nos han llamado chavales que nos trasladaban dificultades para autocontrolarse, comportamiento obsesivo, agresivo... contra terceras personas.

Y con pensamientos autolíticos.

—En el apartado de autolesiones o pensamientos o intentos suicidas han sido un 11% de las llamadas de menores.

¿Hay algún tema que no sea motivo de consulta pero identifiquen como problemática actual de los menores?

—Sí, sí. Sabemos por otros servicios que la violencia de género es una importante problemática entre menores en Euskadi. Por ejemplo, en Agintzari, que es un cooperativa de servicios sociales, entre ellos de atención a víctimas violencia de género, y perpetradores de violencia de género lo vemos. Sabemos que en menores hay muchas situaciones, incluso dentro de las mismas cuadrillas, de violencia, incluso de violaciones. Pero es cierto que desde Zeuk Esan no lo vemos. Es una temática que no quieren compartir con los adultos, el tema de sexualidad, violencia de género y consumos. Es como territorio comanche.

Explíquese...

—Son zonas que ellos y ellas consideran que saben más que tú, y que se corresponde con sus propias vivencias ante las cuales tienes poco que decir porque eres un viejales. Y se lo guardan porque no lo interpretan como un problema, sino como etiqueta propia de su forma de hacer. Solo nos llaman cuando la situación es insoportable. Pero hasta entonces lo viven entre el sufrimiento y la excitación, pero como algo propio. Lo sexual, en lo relacionado con pareja, y también lo relacionado con violencia. Y consumo de speed, hachís, marihuana... Nos consultan muy poco. Y pensamos que son dos temazos que en la calle se dan en un porcentaje muy alto, y no se corresponde con el número de llamadas que recibimos. En Osakide-tza las denuncias por violación o ingresos por consumos o comas etílicos están creciendo.

Sin embargo, en esos casos no se dirigen al servicio telefónico Zeuk Esan.

—Eso es, no lo identifican como un recurso al que acudir, puede ayudar a la prevención, pero el chip de prevención no lo tienen. Solo el de ayúdame cuando no puedo más. Y se acercan ya a servicios presenciales.