El BC3 es un centro de excelencia en investigación sobre las causas y consecuencias del cambio climático ubicado en el parque científico anexo al campus de la EHU-UPV. Entre sus paredes se buscan respuestas sobre las mejores soluciones posibles para afrontar la acelerada crisis climática.

 

El del cambio climático es un problema complejo. “El BC3 cuenta con economistas, ingenieros, biólogos, ecólogos, sociólogos, ecoinformáticos… Necesitamos un conocimiento transversal, porque hacen falta desde soluciones técnicas hasta soluciones relacionadas con aspectos sociales. Eso es el BC3. Un centro multidisciplinar que trata de construir soluciones más holísticas, más complejas, para abordar el cambio climático”, explica su directora científica, la bióloga María José Sánchez.

 

El BC3 cuenta con economistas, ingenieros, biólogos, ecólogos, ecoinformáticos... Cedida

Esta investigadora valenciana lidera el centro desde 2016. Licenciada por la Universidad de Valencia y doctora en ecofisiología por la Universidad de Arizona, trabaja durante 15 años en el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, se integra durante un lustro en el Secretariado de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y, antes de desembarcar en Leioa, trabaja cinco años más en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma.

 

La tecnología digital con un lenguaje semántico y motor de Inteligencia Artificial para integrar conocimiento, datos y modelos desarrollada en el BC3 ha sido adoptado por Naciones Unidas

Dirigir un centro de investigación multidisciplinar y transversal como el BC3 exige “mucha paciencia y respeto a las diferentes formas de pensar. Integrar distintos esquemas mentales exige mucho esfuerzo y se logra desde la tolerancia, la paciencia y las ganas de construir de forma conjunta” revela la directora. “En eso, precisamente, reside la riqueza: en poder ver el mismo problema desde perspectivas muy diferentes y no perder ninguna de las aristas que presenta”, matiza.

 

En el centro de investigación, para poder inducir un tipo de trabajo lo más integrado posible, cuentan con líneas de investigación, pero lo realmente importante son los objetivos, que son seis y en los que puede participar indistintamente cualquiera de las científicas al margen de su especialidad. “Son objetivos estratégicos; uno tiene que ver con la ciencia climática y la modelización climática; otro, cómo construir una economía con emisiones de carbono bajas o nulas; en tercer lugar, los ecosistemas terrestres, que incluyen prácticamente todos los ecosistemas; después, las adaptaciones al cambio climático de las sociedades, los individuos y las especies de otro tipo; la aplicación de las nuevas tecnologías digitales; y, por último, generar conocimiento integrado de todos estos otros objetivos”, enumera la bióloga.

 

Durante los próximos años, el BC3 espera seguir su actual trayectoria. Inigo SierraI

En 2016 eran un total de 44 personas quienes se empeñaban en esos objetivos. Ocho años más tarde son 116, un tercio procedentes de países de todo el mundo. “Hemos tenido mucho éxito en la movilización de proyectos europeos e internacionales y logramos, además, el distintivo de excelencia María de Maeztu, lo que nos ha posicionado muy bien”, desvela María José Sánchez.

 

En 2016 eran un total de 44 personas quienes buscaban soluciones al cambio climático en el BC3 de Leioa; hoy son 116, un tercio procedentes de países de todo el mundo

Durante los próximos años, el BC3 espera seguir su actual trayectoria. Y aspira a participar en las Misiones de la Unión Europea (UE) para hacer frente a los grandes retos de futuro. La UE lanzó recientemente cinco Misiones: una contra el cáncer, una para la protección de los suelos, una para la neutralidad climática de las ciudades, una para los océanos y otra para la adaptación en las regiones. “Nuestro objetivo es participar en estas misiones de forma más importante. Desarrollamos proyectos europeos que están dentro de la Misión de las Regiones. Queremos que se proponga un puente entre la Misión de Ciudades y la de Regiones, porque pensamos que deben ir relacionadas”, relata la directora científica.

"Desarrollamos proyectos europeos que están dentro de la Misión de las Regiones"

Revela Sánchez que otro de los grandes objetivos del centro es continuar con el desarrollo de su tecnología digital con un lenguaje semántico y un motor de Inteligencia Artificial para integrar conocimiento que incluye datos y modelos que ha sido adoptado por Naciones Unidas. “Con este precedente, nuestra aspiración es traer a Bizkaia el núcleo Naciones Unidas para este tipo de tecnología que pueda utilizarse para generar interoperabilidad en datos y modelos”, concluye Sánchez.

 

El BC3 cuenta con diferentes líneas de investigación y 6 objetivos estratégicos. Cedida

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Un centro reconocido internacionalmente y tenido en cuenta en la ONU y la UE

Hasta no hace mucho, el BC3 de Leioa era más conocido internacionalmente que aquí. No es raro si se tiene en cuenta que el centro ha realizado, por ejemplo, el estudio de impactos socioeconómicos y las medidas correctoras para evitar efectos distributivos en la aplicación de las medidas de la estrategia de energía y clima 2030 para la Comisión Europea. Además, ha investigado para el Fondo Verde del Clima de la ONU. O ha generado productos estadísticos para la FAO con utilidad para la modernización de países en desarrollo. Y colabora con el Banco Mundial.


En los últimos años también ha ganado relieve también en su entorno próximo. Muestra de ello es el análisis de la Estrategia Vasca para el Cambio Climático realizada para el Gobierno Vasco.