La pandemia de coronavirus trajo algunos cambios en los modelos laborales. Uno de ellos fue el teletrabajo, que permitió a administraciones y empresas sacar adelante sus proyectos y obligaciones. El balance fue positivo, pero poco a poco se recuperaron las inercias tradicionales y en muchos espacios el trabajo en remoto quedó arrinconado. Sin embargo, la demanda de esta posibilidad ha sido permanente entre muchos trabajadores, en especial aquellos vinculados al sector administrativo. El Gobierno vasco aprobó hoy el decreto sobre el teletrabajo en el sector público de la CAV, lo que permitirá abrir esta modalidad a más empleados de la administración vasca y que puedan acceder a dos jornadas completas a la semana de teletrabajo, con la posibilidad de ampliarlas “dependiendo de la pecularidad de cada sector”

No es, sin embargo, el primer acercamiento del Ejecutivo a esta materia, ya que en 2012 también se aprobó un decreto que suponía una regulación “pionera” del teletrabajo y que regulaba este modelo para el personal empleado público de la Administración General de la CAV y sus organismos autónomos, y de la que se benefician en la actualidad más de 900 empleados públicos. 

Lo que busca el nuevo decreto es ensanchar el colectivo de trabajadores que puedan acogerse al teletrabajo. El nuevo texto recoge, en su definición de intenciones, que “con carácter general y con el objeto de posibilitar el acceso al teletrabajo a un mayor número de personas, la jornada semanal se distribuirá con carácter generalde manera que dos jornadas diarias enteras se presten servicios en la modalidad de teletrabajo”. No obstante, “en ningún caso” la jornada diaria podrá fraccionarse para su prestación en presencial y remoto. 

El decreto deja abierta la posibilidad de ampliar esas dos jornadas dependiendo de las particularidades de cada sector, aunque deberá ser acordado en la mesa de negociación colectiva de cada ámbito sectorial. El teletrabajo tendrá carácter voluntario y reversible y, para que un puesto de trabajo sea susceptible de ser incluido en esa modalidad, se deberán tener en cuenta factores como el grado de digitalización de la tarea a realizar, la ciberseguridad y la interacción con otros empleados. Asimismo, el empleado deberá “tener las competencias digitales que garanticen la aptitud para teletrabajar así como para asegurar la protección de los datos “. Por último, se habilitará la figura de un supervisor que evaluará las “tareas y resultados” del trabajo desarrollado de forma no presencial, un examen que se hará a través de los “compromisos adoptados” entre ambas partes.