La industria turística en Euskadi representa un 6,4% del PIB y da trabajo directo a más de 100.000 familias. Sin embargo, los guías turísticos que muestran al visitante los tesoros naturales, patrimoniales o gastronómicos del país se mueven en la alegalidad. A diferencia de otros países de Europa y comunidades, cualquier persona puede operar en Euskadi como guía sin acreditar formación. Y al no existir un marco normativo, esta situación no se considera intrusismo laboral. Pero este limbo legal tiene los días contados.

El Gobierno vasco aprobará próximamente el Decreto de la Actividad de Guía de Turismo en Euskadi que regulará por primera vez esta labor profesional. La norma también prevé la acreditación temporal de guías turísticos oficiales de otras comunidades o estados de la Unión Europea que vayan a ejercer en Euskadi por un máximo de treinta días consecutivos o sesenta días discontinuos a lo largo de un año. Entre otras medidas, el proyecto de decreto –al que ha tenido acceso este periódico– obligará a estos profesionales a disponer de “una habilitación específica”, para lo cual deberán probar ante el Gobierno vasco una serie de estudios o experiencia profesional y acreditar como mínimo el B2 del idioma o lengua de signos en el que presten sus servicios. Además tendrán que inscribirse en el Registro vasco de Empresas y Actividades Turísticas. También podrán ejercer en museos y otro inmuebles del patrimonio cultural.