“Si desarrollamos una vida familiar monótona, sedentaria y poco estimulante, no va a ser sencillo que nuestros hijos e hijas encuentren cosas que les resulten más interesantes que lo que las pantallas les proporcionan”, explica el director de PantallasAmigas.

En vacaciones los menores pasan más tiempo solos en casa. ¿Duplican las horas de pantalla?

Teniendo en cuenta que tienen más tiempo y sin supervisión, y que las pantallas suelen ser su canal preferido de relación y un entorno habitual para la diversión, cabe pensar que las horas de pantalla se pueden llegar a doblar o triplicar. Y no es lo mismo triplicar dos horas que tres. Es relevante partir de una cantidad contenida para que la etapa estival no se convierta en un sinsentido.

¿Qué pueden hacer los progenitores, en la distancia, para evitar que pasen el día conectados?

Desde temprana edad hay que enfocarse en que los propios niños tomen conciencia de qué es un consumo saludable y no excesivo. Ahí ya entra la importancia del ejemplo y su relación con el poder de convicción y la autoridad moral. Además, las herramientas de control parental pueden ser una ayuda a determinadas edades. Por supuesto, habrá momentos del día en el que el uso del móvil debe ser excepcional. Es bueno practicar también la desconexión.

Aun así, siempre les quedará la televisión... ¿Es como querer poner puertas al campo?

Sí, además ahora la oferta también es amplísima y sugerente. No es fácil competir con el atractivo de las pantallas. Es por ello que la apuesta no debe ser exclusivamente prohibir. Se deben establecer dinámicas activas, variadas y positivas, que se pueden disfrutar en familia, pero que también estimulan inquietudes y desarrollan capacidades en los más pequeños.