“Cuando me enteré sentí que estaba sola en esto, que no conocía a nadie más que había nacido así y me sentía rara”, confiesa Zuriñe Burillo, a quien ponerse en contacto con miembros de a Asociación de Hijos e Hijas de Donantes le supuso sentirse comprendida. Teniendo en cuenta que en los medios locales apenas se ha difundido su reivindicación, Zuriñe confía en que la publicación de este artículo favorezca que más personas nacidas en Bizkaia a través de tratamientos de inseminación artificial por medio de donantes se movilicen para unirse a su causa. “Me gustaría que salieran más personas en mi situación, que sepan que cuando nacieron también se hacían este tipo de tratamientos”, explica la vasca, para quien ha sido indispensable hallar este grupo de personas en el que apoyarse para no sentirse sola.