La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, ha evidenciado este jueves en Bilbao que la soledad no deseada ha aumentado desde la pandemia de la Covid-19 y ha propuesto aprovechar la experiencia internacional en la materia para intentar paliarla.

Melgosa ha participado en la jornada "Topaketa: Soledades", celebrada en la capital vizcaína para avanzar en la detección y el abordaje de las soledades no deseadas, organizada por el Observatorio Vasco de Servicios Sociales Behatuz.

En la jornada se han aportado los datos arrojados por la tercera Encuesta sobre las Condiciones de Vida, Trabajo y Covid-19 de las personas de 55 o más años en Euskadi, que señalan que una de cada cuatro personas (el 25 % de la población) vive sola en Euskadi, cifra que es aún mayor entre las mujeres y las personas mayores de 80 años.

En lo que se refiere a la soledad objetiva, el 10 % de las personas encuestadas declaró que no tiene contacto mensual con ningún familiar, ni con otras personas en su círculo de amistades o vecindario.

Ante este panorama, la consejera vasca ha propuesto cinco medidas genéricas para combatir la soledad en Euskadi: generar una red de experiencias e iniciativas, adoptar un enfoque integral de la cuestión, incidir en la prevención y detección temprana de la soledad, reforzar y construir nuevas formas de lazos comunitarios, y promover la investigación y compartir conocimiento.

Melgosa ha destacado la necesidad de aprender de las buenas prácticas y políticas puestas en marcha en países como el Reino Unido y Japón, que han creado ministerios específicos para luchar contra la soledad.

"Nuestra intención es partir de las iniciativas ya existentes y aprovechar este taller para generar un documento de bases", ha explicado Melgosa.

La consejera ha señalado que pretenden "construir a corto plazo una estrategia desde estas bases, entroncada con las iniciativas existentes, también a nivel europeo, y alineada con las estrategias forales y locales en marcha".

"El problema surge cuando la soledad no es una elección, sino una imposición y se convierte en una situación crónica con un impacto elevado en la salud, física y psíquica", ha dicho.

Para llevar a cabo la estrategia, la consejera ha subrayado la importancia de continuar el proceso participativo iniciado con la Agenda Nagusi y de alinear las estrategias locales y forales en marcha.