La sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a una mujer a una pena de cinco meses de prisión por ayudar a morir a su marido enfermo de 95 años.

Así se desprende de la resolución, consultada por Europa Press, que recoge un acuerdo alcanzado entre las partes del procedimiento --acusación y defensa--, por el que se le condena a la mujer a cinco meses de prisión por un delito de auxilio ejecutivo al suicidio, con la concurrencia de la circunstancia eximente incompleta de alteración psíquica y de la circunstancia mixta, como agravante, de parentesco.

En la misma resolución se le concede a la mujer el beneficio de la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad que le ha sido impuesta siempre que durante el plazo de dos años no cometa ningún nuevo delito, comunique los cambios de domicilio y cumpla las demás condiciones fijadas en la legislación vigente.

En la sentencia consta como probado que la víctima padecía numerosas patologías crónicas asociadas a un deterioro psicofísico que precisaba de las ayudas de terceros para tareas complejas, con numerosas atenciones médicas continuadas y, como consecuencia de su estado, que iba deteriorándose psíquicamente día a día y le causaba padecimientos permanentes y difíciles de soportar, había manifestado el 7 de marzo de 2018, mediante un documento de voluntades anticipadas redactado conforme a la legislación vigente y registrado en el Registro Centralizado de Voluntades Anticipadas de la Comunidad Valenciana, su deseo expreso de que, llegado el momento, se le administraran fármacos que paliaran su sufrimiento y una sedación terminal para acabar con su vida.

Asimismo, el hombre dejó escrito que si estuviera vigente una legislación sobre eutanasia, deseaba que de forma activa se pusiera fin a su vida de forma indolora.

Su mujer, conocedora de la voluntad de su marido, tras haber observado el deterioro progresivo del mismo y la reciente epidemia de Covid-19 que había empeorado su estado, en cumplimiento de la voluntad expresa de éste y con la finalidad de paliar su sufrimiento, el día 9 de diciembre de 2020, en el domicilio familiar y estando ambos de acuerdo, le administró por vía intramuscular una dosis elevada de morfina con la finalidad de acabar con su vida de forma indolora, circunstancia que se produjo poco después de la inoculación, falleciendo el hombre conforme a su voluntad manifestada.

La mujer, a causa de la situación vivida durante esos años, padecía un trastorno depresivo agravado por el deterioro psíquico de su marido que, en los momentos previos a los hechos, le produjo una intensa alteración de su estado mental que le mermó de forma severa su capacidad de entender y querer, modificando sin llegar a anular sus facultades cognoscitivas e intelectivas. La mujer y el fallecido no tenían hijos.