La depresión posparto es un trastorno mental que afecta cada vez a más mujeres que se convierten en amatxus. Además, en los casos más graves puede llevar a ideas suicidas y afectar al desarrollo del bebé. Para paliar este problema, Osakide-tza ha implantado en el hospital de Galdakao-Usansolo un innovador programa, en el que colaboran los equipos de Ginecología y Psiquiatría, para detectar qué mujeres padecen este problema. Para ello desarrollan un riguroso screening (cribado) que se realiza en la consulta del purperio en torno a la sexta semana tras dar a luz. “Se les pasa un cuestionario de Edimburgo. Son 10 preguntas y aquellas que arrojan un resultado positivo son derivadas al programa que llevamos en Psiquiatría. Pero no es una herramienta diagnostica, solo indica el riesgo, y hasta que no se hace la entrevista no se puede confirmar el diagnóstico”, destaca Leire Erkoreka, jefa de la Sección de Psiquiatría.

“Es muy importante detectar esta depresión porque puede incidir en el desarrollo psicomotor del bebé y en el establecimiento del vínculo, y por eso es vital intervenir cuanto antes. Pero el pronóstico en general es bueno. Con un seguimiento de unos dos meses, la mayoría de las mujeres dejan de tener criterios compatibles con una depresión”, precisa Erkoreka.

Y es que la sociedad espera que una mujer sea inmensamente feliz después de tener un bebé, pero no siempre es así. Además, las madres que sufren depresión posparto están inmersas en una lucha desde que dan a luz contra sus propias emociones y algunas chicas se sienten completamente abrumadas. “Por eso se les preguntan cuestiones como si han sentido infelicidad a lo largo de este tiempo, o si tienen ganas de hacerse daño”, subraya la especialista.

Un minucioso trabajo que se viene realizando en el hospital de Galdakao desde 2019 y que se desarrolla en solo unos pocos centros hospitalarios de la red pública vasca.

Infradiagnóstico

No en vano la depresión posparto es un trastorno de salud mental infradiagnosticado. “Los estudios hablan de un 10% de las madres, pero en nuestro análisis de datos, el porcentaje es menor, en torno al 5%. Creo que esta diferencia se debe a que muchas veces se asume un cribado positivo como un diagnóstico firme. Pero la realidad es que cuando se hace una entrevista para confirmar el diagnostico, se rebaja a ese 5%”, matiza Erkoreka.

El papel de la ginecología es también fundamental, tal y como destaca la ginecóloga Eskerne Bello. “Nosotros les hacemos la revisión tras dar a luz, y previamente tienen varias citas con la matrona desde el posparto inmediato hasta que nos ven en consulta en esa sexta semana. La matrona en una de esas visitas les facilita el cuestionario y por eso ya lo han rellenado previamente cuando vienen. Independientemente del test, si nos cuentan algo que nos parece preocupante también lo analizamos”, observa.

“Y otro dato a tener en cuenta es que les recalcamos que la encuesta debe ser respondida en la semana quinta dado que en el posparto inmediato, las respuestas serían todas positivas ya que el estado de ánimo de la made está muy alterado porque ha sufrido una gran revolución en su vida, a nivel hormonal, psicológico ... Por eso queremos descartar lo que ya no es fisiológico, sino patológico”, indica Bello.

Después del alumbramiento, hay un serio bajón del estado de ánimo y entre el 50 y el 70% sufre tristeza. “La tristeza aparece al cabo de dos o tres días y suele durar dos o tres semanas como mucho. Esos altibajos emocionales van cediendo en el primer mes, por eso es importante hacer el screening más allá de ese periodo”.

La ginecóloga Elvira Vallejo conoce de primera mano esta problemática y permanece en estrecho contacto con las madres. “Aunque el escreening se hace en esa consulta, si las matronas detectan un malestar que excede lo que consideran normal, contactan directamente con el programa”, explica.

“Es una iniciativa muy importante. Antes solo contemplábamos la salud física, el seguimiento del embarazo y el posparto con revisiones, ecografías, pruebas, etc... pero desde 2019, proporcionamos una cobertura integral y facilitamos una atención más emocional”, describe Vallejo.

Salir del pozo de la depresión posparto es más que viable con esta ayuda. “El pronóstico es bueno porque como en casi todos las patologías, hay una parte ambiental. Hay cierto estrés, factores biológicos, predisposición familiar y genética que se junta con la predisposición que tenga una mujer a una depresión”.

“A todas ellas se les ofrece una terapia de tipo cognitivo-conductual que tiene evidencia científica. Y los casos moderados o graves se pueden tratar con antidepresivos. De hecho, la experiencia indica que cuando un caso es severo, es difícil que ceda sin tratamiento farmacólogico”, puntualiza Erkoreka.

Un problema muy común

Trastorno de salud mental

  • Tristeza y ansiedad. Ansiedad, irritación, pérdida de energía, tristeza con llanto e inquietud son signos comunes a partir del tercer a sexto día tras el parto, pero suelen desaparecer antes de la sexta semana. Cuando estos síntomas no se van y, además, se presentan otros, como la incapacidad de cuidar de una misma o del bebé, se habla de depresión posparto.
  • Test de Edimburgo. El test de Edimburgo es el cuestionario más usado para detectar esta depresión. Una escala que consiste en un test de carácter emocional de 10 preguntas que se le realiza a la usuaria con una puntuación. Si la madre tiene más de 13 puntos por sus respuestas, esta es derivada para comenzar un tratamiento.
  • Tratamiento. El tratamiento puede consistir en ir a terapia y, si es más grave, puede ser farmacológico ya que hay tratamientos compatibles con la lactancia materna.