Los Mossos d'Esquadra han detenido a un hombre, que ya ha ingresado en prisión preventiva por orden judicial, acusado de provocar al menos nueve incendios urbanos y forestales entre julio y agosto de este año en El Prat de Llobregat (Barcelona), que afectaron a la seguridad del aeropuerto.

Según ha informado este domingo la policía autonómica, el detenido, gracias a una investigación conjunta con los Agentes Rurales, está acusado de provocar nueve incendios entre el 18 de julio y el 2 de agosto, tanto en zonas urbanas como forestales, que además de afectar a la seguridad del aeropuerto de Barcelona también dañaron la Reserva Natural Parcial de la Ricarda, en el espacio protegido del Delta del Llobregat.

Los incendios ocurrieron cuando en la zona estaba activado el nivel 2 del Plan Alfa, por peligro muy alto de incendio forestal.

El sospechoso fue detenido el pasado 10 de agosto y al día siguiente pasó a disposición judicial ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de El Prat, que decretó su ingreso en prisión preventiva.

Una ola de incendios

La investigación se inició a raíz de una ola de incendios declarados en la madrugada del 18 de julio, en los que ardieron diez contenedores situados en varios puntos de El Prat y que causaron daños materiales por valor de 13.575 euros, ya que además se quemó un vehículo estacionado.

Aquella misma madrugada la Policía Local de El Prat de Llobregat identificó a un hombre con tres encendedores entre sus pertenencias, cuya descripción era coincidente con la que habían facilitado algunos testigos sobre el supuesto incendiario.

Posteriormente, entre el 28 de julio y el 2 de agosto se registraron otros cinco incendios en zonas cercanas al aeropuerto y en la zona protegida de la Reserva Natural del Delta del Llobregat, muy cerca de la pista de aterrizaje.

En dos ocasiones, debido a que la cortina de humo, las llamas y las cenizas se acercaban a la zona de pistas del aeropuerto, la Generalitat tuvo que activar el Plan de Emergencias Aeronáuticas (AEROCAT).

El 28 de julio, la Policía Local de El Prat, gracias a la información aportada por varios testigos, localizó al sospechoso en un mirador de aviones junto al aeropuerto con quemaduras en las manos y con tres encendedores encima.

Coincidía con la descripción

El hombre, que coincidía con la descripción del posible autor, fue detenido por un delito de incendio forestal y quedó en libertad con cargos poco después.

Posteriormente, hacia las 4 de la madrugada del 2 de agosto se inició otro incendio con más afectación en el perímetro exterior del aeropuerto barcelonés, en una zona de vegetación y cañas ante el hangar de Iberia, lo que obligó a intervenir a bomberos de Aena y de la Generalitat, ya que las llamas eran altas y afectaban a un paraje anexo a la zona aeroportuaria.

De hecho, en el momento de mayor intensidad, las llamas superaron los 30 metros de altura y provocaron columnas de humo que afectaron a la visibilidad de la zona de pistas del aeropuerto pues, además, el viento arrastró la ceniza hacia las pistas de la terminal 2 y la terminal corporativa.

Riesgo para la seguridad aeroportuaria

En este caso, según los Mossos, además del riesgo para la seguridad aeroportuaria se añadió la proximidad con el hangar de Iberia, en cuyo interior se almacena combustible altamente inflamable, lo que obligó a activar el AEROCAT.

El fuego se pudo controlar pasadas las cinco de la madrugada, tras afectar a una superficie aproximada de 2.000 metros cuadrados.

Los Mossos y los Agentes Rurales iniciaron entonces una investigación, en la que ya tenían como base la detención previa de un sospechoso, el 28 de julio, por varios incendios con un mismo método, compatibles con la actividad de un incendiario.

En su investigación, los Agentes Rurales concluyeron que se trataban de incendios intencionados, mientras que los Mossos d'Esquadra lograron atribuirle otros incendios parecidos, entre ellos uno del 23 de julio en la Ronda Sur y otro el 28 en el Estany de Cal Tet, en la Reserva Natural de la Ricarda.

Con estos indicios, el pasado 10 de agosto se activó un dispositivo que permitió localizar y detener al sospechoso en el domicilio de su expareja, donde estaba escondido.