¡Por fin! Dos años de pandemia y un mes más de retraso por cuestiones administrativas para que los niños saharauis vuelvan a Euskadi. Lo han hecho este sábado y el domingo comienza un periodo de adaptación a sus familias de acogida en una misión que no podía ser más humanitaria: que los niños disfruten de unas vacaciones en paz. “Prueba superada”, dice Jadiyetu El Mohtar, delegada del Frente Polisario en Euskadi, al comprobar que los niños estaban ya en sus casas.

A las cuatro de la mañana las diferentes asociaciones acudieron al aeropuerto para esperar a la expedición de niños que en esta ocasión vienen por primera vez a tierras vascas. Lejos de la guerra, en una pequeña isla de paz que les permita disfrutar como lo que son: niños. Y como niños, los primeros días serán de lloriqueos y de nostalgia de sus madres. “Una semana les va a durar”, decía la delegada. Son 152 niñas y niños saharauis que pasarán el verano con familias vascas de acogida y en albergues de distintas localidades vascas.

Este verano se ha retomado esta acción solidaria con los pequeños saharauis que viven en los campamentos de refugiados en el desierto argelino, que en esta época puede llegar a sobrepasar los 50 grados de temperatura, tras haber tenido que ser suspendida durante dos años por la pandemia del coronavirus

Como solía ser habitual durante los veranos hasta la pandemia, los menores convivirán con familias de acogida de la Comunidad Autónoma Vasca gracias al programa Oporrak bakean 2022, Aurten Bai!, procedentes de los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia). Durante este periodo estival, los menores saharauis conocerán otra forma de vivir, entrarán en contacto con otras realidades y recibirán asistencia médica; asimismo, las familias de acogida conocerán la forma en que viven estos pequeños en sus campos de refugiados.