El 30 por ciento de las personas sin hogar sufre enfermedades graves, como cáncer o cirugías que conllevan una lenta recuperación, y el 30 por ciento ha intentado suicidarse, según ha denunciado Hogar Sí, una organización que lucha contra el sinhogarismo.

"Vivir en la calle mata. El sinhogarismo es un claro factor de riesgo respecto al estado de salud física y mental de aquellas personas que lo padecen. ¿Te imaginas vivir en la calle con un problema de salud? El derecho a la salud está estrechamente vinculado con el ejercicio de otros derechos humanos y depende de los mismos", señalan a través de un comunicado.

Al respecto, detallan que las personas en situación de sinhogarismo tienen el impedimento de llevar a cabo un tratamiento por no tener donde recuperarse, y cuando reciben un alta hospitalaria "tienen que pasar por un proceso de recuperación en la calle si es que reciben acceso al tratamiento, lo cual es devastador para ellos".

Entre estos problemas de salud se encuentran amputaciones, diabetes descompensada, cáncer, trasplante, cirugías o personas que necesitan oxígeno, según apuntan desde la organización.

Por ello, Hogar Sí cuenta con tres centros en Madrid, Córdoba y Murcia que surgen de las necesidades de apoyo (personales, materiales y de infraestructura) no cubiertas para afrontar un proceso de enfermedad y de la dificultad de acceso al sistema sanitario de las personas afectadas por sinhogarismo.

En estos centros también se alojan personas en situación de sinhogarismo que se encuentran en cuidados paliativos. Igualmente, también intentan gestionar desde el centro ayudas como el ingreso mínimo vital (IMV).

En la actualidad, desde la organización están trabajando para garantizar que sus centros de Córdoba y Murcia tengan una financiación estable, ya que Madrid ya la tiene mediante un contrato firmado con la Comunidad de Madrid.

Uno de estos casos es el de José Carlos, que llevaba cuatro años viviendo en una tienda de campaña hasta que un problema de salud le hizo ingresar en el hospital. Su vida corrió peligro, pero él se aferró a ella.

Tras su salida hospitalaria necesitaba un espacio de cuidados y así conoció a la organización. Finalmente, José Carlos recuperó el contacto con su familia y ahora vive con ellos.

"Las personas sin hogar sufren más enfermedades graves y tienen muchas más dificultades para cuidar la salud. El sistema de salud está pensado para personas que tienen una vivienda donde poder recuperarse y cuidarse. Cuando vives en la calle es muy complicado seguir tratamientos y cuidados médicos. La tasa de mortalidad de las personas sin hogar es tres veces más alta que la del resto de la población. Esta cifra se incrementa en el caso de mujeres y jóvenes. Son realidades francamente dramáticas y el vínculo entre sinhogarismo y salud es un tema que no tiene suficiente visibilidad", remachan desde Hogar Sí.