Ansiedad, depresión, bancarrota, bajo rendimiento y hasta problemas legales si se llega a robar. Son algunas de las consecuencias de tener una adicción a las compras, según la psicóloga Nerea Etxaburu.

¿Cuántas personas están afectadas por las compras compulsivas?

—Según se estimó en 2014, un 7% de la población del Estado, que subiría al 16% con la compra on line. La compra compulsiva aún no está catalogada como una adicción, lo que dificulta su diagnóstico y prevalencia.

¿Cómo distinguir a una persona que sufre esta adicción de otra a la que le gusta mucho comprar?

—Cuando la persona pierde el control, va a comprar dos camisetas y termina comprándose más o tiene un presupuesto y se pasa. Otro factor importante sería que afecte en su cotidianeidad y su vida y, aun así, siga comprando. Por ejemplo, que debido al descontrol que tiene tenga que dejar de salir con los amigos o viajar.

En rebajas muchas personas compran más de lo previsto.

—En la compra compulsiva hay otros factores, como mentir o esconder la compra, hacerla on line e ir a recogerla, en vez de que te llegue a casa, deshacer la caja y ocultar las prendas en el bolso... En la compra compulsiva el objetivo es comprar, no el objeto. Vas a un centro y compras y cosas que ni estrenas ni necesitas ni en una semana te interesan.

¿Compran cosas inservibles?

—Llegan a ser inservibles por la cantidad. Recuerdo el caso de una mujer que bajaba al bazar e igual se compraba quince fregonas. Una es útil, quince no. Otra chica se gastaba todo el sueldo en seis días en DVD, CD, videojuegos... Puedes escuchar ese CD, pero no es algo que necesites.

¿La satisfacción de comprar compulsivamente desemboca en casa en un sentimiento de culpabilidad?

—Prevalecen sentimientos muy intensos, tanto de tristeza como positivos. Puede ser: me ha dejado mi pareja, he tenido un día terrible, he suspendido y compro sin filtro. O todo lo contrario: mi hermana está embarazada y para celebrarlo hago una compra desmesurada. Regulan las emociones mediante la compra, la persona se calma, pero después llegan los sentimientos de culpa, vergüenza, la sensación negativa de qué estoy haciendo con mi dinero, no tengo control. Eso genera más emociones negativas que gestionan comprando. Es un círculo vicioso.

¿Suele ir asociado este comportamiento adictivo a algún tipo de patología: ansiedad, depresión...?

—Sí que hay comorbilidad, pero no está claro cuál es la causa y cuál la consecuencia. Son muy habituales también otras adicciones tanto a sustancias como sin sustancias.

¿Qué consecuencias acarrea esta adicción a nivel social, laboral...?

—En las relaciones sociales te puede afectar tanto que la gente se enfade contigo. Por ejemplo, tu pareja, porque estás gastándote los ahorros familiares. Hay gente que puede llegar a robar para conseguir dinero para la adicción y las mentiras son muy habituales, lo que también empeora las relaciones. El rendimiento académico y laboral disminuyen porque comprar es tu prioridad y afecta claramente a la economía. Puede tener consecuencias de préstamos, bancarrotas e incluso legales si la persona roba.

¿Conoce algún caso de ese tipo?

—Se roba más al entorno, por ejemplo, adolescentes que roban dinero a los aitas o que tienen asociada su tarjeta en Amazon. Habrá quien robe en la calle, pero es más te cojo o pido prestado y luego no te lo devuelvo.

¿Por qué ha disparado la venta 'on line' las compras compulsivas?

—Porque puedes comprar en cualquier momento, con lo cual tienes el refuerzo inmediato, no tienes que cargar con ello, nadie te ve... Luego entras a mirar el tiempo y salen los anuncios de la última página que has mirado. Eso también te incita.

¿Qué me dice de las 'influencers'?

—Es una tentación, estás viendo a una persona a la que le envían ropa, que tiene una situación económica más favorable que la tuya, que está venga a comprar, a la moda, y a ti te da envidia. Dices: Esto me apetece y luego eso se normaliza. Si a ellas les llegan quince paquetes, que tú compres diez igual no te suena tan raro.

Por si fuera poco están las notificaciones: descuentos, rebajas...

—A una persona que tiene adicción a las compras le recomendaría quitarse todas las aplicaciones y suscripciones de rebajas, descuentos, ofertas... También que no fueran solas a comprar, que lleven una lista de lo que quieren y que no hagan compras inmediatas, que esperen quince días a ver si lo necesitan o era el impulso porque me ha gustado, está en oferta y hay dos por tres, entonces, es un chollo y te hierve la sangre.

¿Por qué se habla poco de esta adicción? ¿Se oculta por el estigma que supone?

—A nivel social muchas veces no se reconoce, incluso se refuerza positivamente esta conducta: qué bonito esto que tienes, yo tengo lo otro... El consumismo socialmente se valora. Hasta que se descubre que hay un problema, la gente puede estar siendo halagada por sus compras.

¿Qué puede hacer el entorno?

—No mirar a otro lado. Si hay un problema, que insistan con cariño y paciencia, sin culpabilizar. Deben confrontar la situación y animar a la persona a que busque ayuda.

"Un factor es hacer la compra 'on line', ir a recogerla en vez de que te llegue a casa y ocultarla en el bolso"

"Hasta que se descubre ?que hay un problema, la gente puede estar siendo halagada por sus compras"

"Hay adolescentes que roban el dinero a sus aitas ?o que tienen asociada su tarjeta en Amazon"