La saturación provocada por la sexta ola de la pandemia, que ha dejado en Euskadi unos 300.000 contagios desde que se desencadenó en noviembre, echó ayer domingo a la calle a los sindicatos de la sanidad pública. Respaldados por alguna sociedad médica se manifestaron en las tres capitales vascas en demanda de más recursos para la Atención Primaria, exigiendo a Osakidetza que "tome medidas de inmediato para aliviar el colapso en los centros de salud y la sobrecarga de trabajo en los hospitales".

Las marchas convocadas por Satse, ELA, LAB, CCOO y UGT y apoyadas por cuatro asociaciones de la Atención Primaria, el Colegio de Médicos (no así el Sindicato de Médicos que consideró que era contraproducente), el movimiento de pensionistas y partidos como Podemos y Ezker Anitza-IU, reclamaron que se reviertan los "recortes" en la sanidad pública y que se incremente la plantilla y se mejoren las condiciones laborales de los trabajadores de Osakidetza.

"Situación crítica"

Desde ELA, Esther Saavedra subrayó que "está en juego el futuro de la sanidad pública". A su entender, la situación es "crítica" e incidió en que si no cambia, las movilizaciones se intensificarán. "La huelga está encima de la mesa y en ELA trabajaremos para impulsarla porque vemos imprescindible su convocatoria para que esto cambie", remarcó en Bilbao. El también delegado de ELA Igor Eizagirre lamentó en Donostia que haya "24.000 trabajadores temporales en Osakidetza, el 58% de la plantilla", en lo que calificó como la "mayor ETT de Euskadi".

Entre gritos de "Menos excusas, más personal", "Las listas de espera matan", "Estamos quemados" o "Osakidetza no nos quites la vida", desde LAB se denunció el "colapso" de todo Osakidetza y su "déficit estructural", que empeora las condicionales laborales de la plantilla y perjudica a la ciudadanía.

En similares términos se expresaba el representante de CCOO, Iñigo Garduño, quien sostuvo que la sanidad pública es "un pilar fundamental del estado de bienestar", pero tras "años de recortes y con la aparición del covid, se ha colapsado".

Porque las centrales sindicales también rechazaron la política seguida por Osakidetza para hacer frente a la pandemia, especialmente desde octubre con la no renovación de los contratos de 4.000 profesionales, la reducción de horarios en los ambulatorios, cierres de Puntos de Atención Continuada (PAC), desmantelamiento de los vacunódromos y reducción al mínimo de los equipos de rastreo.

Desesperación, tristeza e impotencia era el ambiente que se respiraba entres los participantes en las manifestaciones que no dejaban de reivindicar la necesidad de dotar al sistema sanitario de más recursos. "Es que nos sentimos a veces un poco abandonados, que gasten en Sanidad y Educación que es lo más importante", afirmaban. "Y sobre todo que además de aplausos, nos brinden ayuda", indicaba Carina, auxiliar de enfermería.

"Un secreto a voces"

Por eso desde el sindicato de Enfermería, Satse, su portavoz Amaia Mayor, puso de relieve que "se reducen los horarios en los centros de salud, se demoran sus consultas, las presenciales pasan a ser telefónicas, se saturan las urgencias...". "El colapso de Osakidetza es un secreto a voces" y alertó de las dificultades que padece la ciudadanía "a la hora de acceder a una sanidad que merece y necesita".

Los participantes coincidieron en que la Atención Primaria tiene un déficit estructural de profesionales muy grave. "Los hospitales están cada vez más tensionados y los trabajadores están agotados". En este sentido, en la capital vizcaina, Ana Vázquez, de UGT, señaló que los profesionales de Osakidetza están "exhaustos, agónicos, cansados", mientras que también los usuarios padecen esta crisis. Y es que en Bilbao, en la protesta más multitudinaria, fueron varios los miles de personas que desfilaron por "unas condiciones laborales dignas". Los manifestantes, alineados en dos filas para respetar las distancias de seguridad, estaban encabezados por una pancarta que rezaba; "Yo sí creo en una sanidad pública"."Un problema estructural"

En Gasteiz también miles de personas llenaban la Virgen Blanca y se sumaban a eslóganes como "Recortar en sanidad decisión mortal. 60 % de la plantilla eventual".

Fue nutrida asimismo la protesta desarrollada en Donostia. Los sindicatos explicaron que los problemas de falta de personal y medios es "estructural" y no se deben a la pandemia y advirtieron a la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, de que "si no los afronta" intensificarán las movilizaciones, incluso con una huelga. Denunciaron que en Euskadi la inversión en sanidad en relación al PIB (el 4,9%) ha descendido durante la última década y que está por debajo de la media europea (7%) y de la española (6%) y ELA criticó que mientras tanto hay una "cifra récord de contratación de seguros privados sanitarios".