La Audiencia de Oviedo ha condenado a penas individuales que van de los 20 a los 22 años de prisión a los cuatro acusados de matar al concejal de IU de Llanes Javier Ardines, que fue asesinado en un camino vecinal situado a escasos metros de su casa en la parroquia llanisca de Belmonte de Pría a primera hora de la mañana del 16 de agosto de 2018.

El presunto inductor, el vizcaíno Pedro N.A, que habría planificado el crimen tras conocer que su mujer y el concejal mantenían una relación, ha sido condenado a 22 años de prisión, al igual que los dos ciudadanos argelinos acusados de ejecutar el crimen a cambio de dinero, Djilali B. y Maamar K., mientras que a Jesús M. se la ha impuesto una pena de 20 años como cooperador necesario al atribuirle el papel de intermediario.

Los cuatro acusados, que fueron declarados culpables por unanimidad por un jurado popular tras un juicio que se prolongó durante 18 sesiones, deberán indemnizar además a la viuda y los dos hijos de Ardines con 400.000 euros de forma conjunta y solidaria.

La sentencia declara acreditado que Pedro N.A. descubrió la relación extramatrimonial de su mujer, a su vez prima segunda de la esposa de Ardines, tras grabarles en diciembre de 2017 una conversación que confirmó sus sospechas y meses después, en julio de 2018, comenzó a urdir un plan para acabar con la vida del edil.

Para ello, Pedro N.A. le hizo el encargo a su amigo Jesús M., quien tras aceptar ayudarle contactó con Djilali B..

Los tres viajaron el 27 de julio de 2018 desde Bziakai, donde todos ellos residían, hasta Belmonte de Pría, para transmitirle al sicario toda la información sobre la zona y las costumbres y hábitos del concejal, según detalla el fallo.

Tras acordar los preparativos de una emboscada, Djilali B. asumió el encargo y propuso ejecutarlo y repartirse el dinero con su compatriota argelino Maamar K.

Así, el 16 de agosto de 2018, los dos sicarios se trasladaron de nuevo a las inmediaciones de la vivienda de Ardines hacia las cuatro y media de la mañana y colocaron en el camino vecinal tres vallas metálicas de obra para cortar el paso.

Tras ello, se escondieron y esperaron la llegada de Ardines, quien tenía la costumbre de salir muy temprano de casa para ir a faenar con su barco, labor que compatibilizaba con su cargo como concejal de Playas, Personal y Medio Rural.

Ardines se encontró con las vallas sobre las seis y cuarto de la mañana, lo que le obligó a bajar del coche para retirarlas.

En ese momento irrumpieron los dos sicarios, que primero le rociaron con un espray de pimienta para luego golpearle en la cabeza con un bate de béisbol o un palo, y después estrangularle.

El asesinato de Ardines obligó a la Guardia Civil a una larga y compleja investigación que llevó a la detención de los acusados seis meses después del crimen.

El magistrado-presidente ha reconocido el trabajo desarrollado por el jurado para llegar a su veredicto de culpabilidad de Pedro N.A. como inductor, de Jesús M. como cooperador necesario, y de Djilali B. y Maamar K. como coautores de un delito de asesinato, por la inusual extensión y generosa motivación del acta de deliberación y votación en base a una pluralidad de indicios.

La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).