La sobremortalidad provocada por la pandemia de la covid-19 en Euskadi en 2020 ha hecho disminuir la esperanza de vida de los hombres en 0,6 años, de 81,3 a 80,7 años, y la de las mujeres en 0,5 años, de 86,8 a 86,3 años, según datos del Instituto Vasco de Estadística, Eustat.

Según ha explicado Eustat, la esperanza de vida de los hombres en 2020 se situaba en 80,7 años, mientras que la de las mujeres alcanzaba los 86,3 años. Si no se hubiera dado este aumento de la mortalidad por el coronavirus, la esperanza de vida habría llegado a los 81,3 años en los hombres y a los 86,8 en las mujeres.

De todas formas, esta disminución de la esperanza de vida entre 2019 y 2020 está lejos de la que se ha dado en el conjunto del Estado español, ya que en los hombres ha descendido en 1,3 años y en las mujeres en 1,2 años, siendo esta una de las más altas que se ha dado en los países de la Unión Europea.

Tanto los hombres como las mujeres de Euskadi han experimentado un incremento de su esperanza de vida, a pesar de algunos altibajos. Atendiendo a los indicadores observados en 1976 (69,6 años y 76,9 años de esperanza de vida para hombres y mujeres, respectivamente), se observa que la esperanza de vida de las mujeres se ha incrementado en 9,4 años y la de los hombres en 11,1 años.

Los hombres han ganado tres meses más de vida cada año transcurrido hasta alcanzar los 80,7 años, mientras que las mujeres se han beneficiado de 2,6 meses más por año, llegando a los 86,3 años. La diferencia entre las esperanzas de vida de ambos sexos se ha reducido a 5,6 años desde la máxima de 8,7 que se dio hace 25 años.

Los tumores constituyen la principal amenaza a los años de esperanza de vida. Si se consiguiera su eliminación completa, los hombres prolongarían su vida 4,1 años y las mujeres 2,8 años.

Si se hace la comparación con la esperanza de vida libre de covid-19 (81,3 años en hombres y 86,8 en mujeres), el aumento en los hombres sería de 4,3 años y para las mujeres sería menor, de 2,3 años.

Más leves son, en cambio, los detrimentos provocados por las causas externas de defunción, que restan 10 meses de vida a los hombres y 4 meses a las mujeres, cifras que se reducen en el caso de los accidentes de tráfico a solo un mes para los hombres y una cantidad inapreciable para las mujeres. Las cifras de estas dos últimas circunstancias se dan tanto con las muertes totales, como si se hubieran quitado las muertes por covid-19.

MATERNIDAD

Según ha apuntado Eustat, la fecundidad de Euskadi se halla en "límites excepcionalmente bajos" en términos comparativos, ya que en 2020 el promedio se sitúa en 1,2 nacimientos por mujer, por debajo de los 1,53 que se dan en la Unión Europea (último dato, 2019) y "muy lejos" de los 2,7 nacimientos de media habidos en 1976 y de los 2,1 necesarios para el reemplazo generacional. El índice más bajo se observa en Bizkaia, con 1,15 nacimientos por mujer, mientras que Araba llega a 1,29 y Gipuzkoa se sitúa en 1,26.

En base a los datos de los indicadores para el análisis de los fenómenos demográficos, es de prever que una mujer media tenga 0,61 primeros nacimientos, lo que supone que un tercio de las mujeres no tendría ningún descendiente, 0,44 segundos nacimientos y 0,15 nacimientos de orden tercero o posterior.

Es decir, en este último caso, menos de dos de cada diez mujeres alumbrarán un tercero o posterior nacimiento, lo que supone un descenso del 81% con respecto a 1976, según ha precisado Eustat.

Otra de las características de la fecundidad de las mujeres vascas es la elevada edad media a la maternidad, que se sitúa en 33 años, más de 2 años por encima de la Unión Europea (último dato, 2019) y 4,4 años más que en 1976.

Araba presenta una edad media algo más baja que los otros dos territorios (32,4 años), mientras que Bizkaia llega a los 33,1 años y Gipuzkoa se sitúa en 33 años.

MATRIMONIOS

La pandemia también ha provocado la caída de los matrimonios. Así, el porcentaje de primeros matrimonios que acabarían por celebrarse conforme a las tasas de nupcialidad de 2020 ha alcanzado al 34,8% de los hombres y al 38,9% de las mujeres.

Estos índices son muy inferiores a los de 2019, que a su vez fueron los más bajos desde 1977, debido a los confinamientos a causa del covid-19. Concretamente, en los hombres el descenso ha sido casi 12 puntos porcentuales (11,9) y en las mujeres de 11,6.

Se supone que los niveles de nupcialidad en 2020 han sido extraordinarios y sería previsible que los matrimonios aplazados en este año se recuperaran en los años siguientes, según ha apuntado Eustat.

Por otro lado, la edad media al primer matrimonio es de 38 años para los hombres y 36,2 años en el caso de las mujeres. Pero esta edad media es superior en 7 meses para los hombres y en 8 meses para las mujeres a la de 2019, lo cual es un aumento importante, ya que en las últimas décadas el incremento era de dos o tres meses entre un año y el siguiente.

Como sucede con la fecundidad, se constata una considerable concentración de los matrimonios en determinadas edades. En apenas diez años, entre los 30 y los 39, se casa el 43% de los hombres y el 42% de las mujeres.

En promedio, un habitante de Euskadi realizará más de tres emigraciones a lo largo de su vida. Lo más frecuente es que la emigración tenga un carácter intraprovincial, es decir, que el municipio de destino se sitúe en el mismo territorio que el de origen. Sucede así en más de la mitad de las migraciones (1,9 de un total de 3,5 para los hombres y 1,8 de un total de 3,2 para las mujeres).

En cambio, en promedio, a los hombres le corresponden 1,4 emigraciones con destino a fuera de la CAV, que representan un 40% del total de emigraciones, mientras que las mujeres realizan 1,2 emigraciones de este tipo, que suponen un 38% del total.

Por Territorios, Araba tiene una media de emigraciones de 2,8, mientras que Bizkaia llega a 3,7 por persona y Gipuzkoa se sitúa en el término medio con un número de emigraciones de 3,4.

Estas diferencias en los hombres se deben a la movilidad intraprovincial, que en Bizkaia tiene 2,2 movimientos, mientras que en Araba representa 0,8 solamente.

En los movimientos entre los territorios destaca Araba, con 0,4 movimientos por persona, el doble de los que se dan en Bizkaia (0,2), mientras que en Gipuzkoa se sitúa en el medio con 0,3.

Entre las mujeres, a medida que disminuye la distancia de la emigración, aumenta la edad media, de forma que las que se mueven dentro del mismo territorio son las que tienen más edad, con 34,6 años, y si emigran fuera de Euskadi lo hacen con 33,9 años de media.

Esta misma situación se da entre los hombres, pero con edades medias más elevadas. Así, los más jóvenes son los que emigran dentro del territorio con 34 años de media y también los más mayores son los que se desplazan a fuera de la Comunidad Autónoma, con 35,5 años.

Por lo que respecta a los cambios de residencia dentro del propio municipio, los que presentan mayor movilidad son los hombres y las mujeres alavesas, con 6,8 y 6,9 movimientos de media, respectivamente, a distancia de Bizkaia y Gipuzkoa, con unas medias en torno a 6 traslados por persona.

Si se suman las emigraciones y los cambios de domicilio, los cambios de residencia para ambos sexos, ya sea dentro de su municipio o fuera del mismo, serían 9,4.