El presidente del Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía y vocal del Consejo, Juan Manuel Nieblas, lanza un contundente mensaje ante varios ministros asistentes al acto de entrega de los XX Premios Autónomo del Año organizado por Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).

El presidente del Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía denunció la injusta situación que viven los más de 65.000 fisioterapeutas colegiados que hay en España con la cada vez más importante influencia de las aseguradoras privadas. El Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España recibió uno de esos galardones en una gala que reunió a varios ministros del Gobierno y a los dirigentes de las principales confederaciones empresariales.

El presidente del Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía, con una mezcla de rabia, indignación e ironía, quiso dedicar el reconocimiento a las aseguradoras privadas, "esas sagaces intermediarias entre el paciente y el profesional sanitario que, después de un gran trabajo realizado durante muchos años como verdaderas hormiguitas, han conseguido quedarse con casi todo el mercado sanitario privado y ya se pueden permitir el lujo de pagarnos de media cinco euros por paciente y día".

Después de estas palabras, sorprendió a todos con un valiente gesto "que les gustaría hacer a decenas de miles de fisios y demás compañeros sanitarios cada día y que no pueden hacerlo", y rompió un billete de cinco euros delante de todo el auditorio.

Después de la ovación, Juan Manuel Nieblas concluyó su combativa dedicatoria con un mensaje de ánimo y confianza a los fisioterapeutas colegiados. "No perdamos nuestra vocación, sobre todo ahora que es cuando más nos necesitan. Las compañías aseguradoras privadas tienen poder y dinero, pero nosotros tenemos en nuestra mano la salud de millones de españoles y tenemos de nuestro lado la verdad y la justicia. No será ni fácil ni rápido, pero os aseguro que venceremos".

No es la primera vez, aunque sí ha sido la más contundente, en la que los profesionales de la fisioterapia denuncian la actuación de unas compañías aseguradoras privadas que, cada vez con más impunidad, imponen sus honorarios, entre todo tipo de condiciones y restricciones, a los profesionales sanitarios. Una situación a todas luces injusta que pone en peligro el desarrollo profesional de decenas de miles de fisioterapeutas y, lo que es peor, el eficaz tratamiento de los pacientes.