La jefa de la sección de Psiquiatría infanto juvenil del hospital de Basurto, Arantza Fernández, aseguró ayer lunes que el confinamiento supuso el inicio del “gran bum” de la anorexia nerviosa entre los adolescentes en occidente, también en Euskadi, un problema que sigue siendo mayor ahora que antes de la pandemiaFernández compareció en el Parlamento Vasco junto al jefe del servicio de Psiquiatría de este centro, Miguel Ángel González, para presentar un informe sobre salud mental de los adolescentes durante el covid.

Este informe, basado en los casos que han llegado a este hospital, el único con una unidad de hospitalización psiquiátrica de adolescentes de Bizkaia, muestra que desde el inicio de la pandemia los jóvenes ingresados por problemas de salud mental han aumentado un 50% y que la mayoría son chicas.

Son tres los efectos en la salud mental de los adolescentes que han llevado a ese aumento de hospitalizaciones: trastornos de conducta alimentaria (anorexia), tendencias suicidas y estrés postraumático. En concreto, en Bizkaia se ha constatado un incremento de un 153% de los ingresos psiquiátricos de adolescentes a causa de anorexia nerviosa en el año 2020.

“Ahora estamos mejor pero sigue habiendo tensión”, explicó Férnandez, quien añadió que los trastornos alimentarios siguen teniendo una prevalencia “mucho mayor” que antes de la pandemia.

Recordó que en los últimos 10 años se había observado un “pequeño” incremento de estos casos y que se empezaba a dar en niñas que todavía no tenían la regla, pero desde el inicio de la pandemia ha ido aumentado tanto en adolescentes como en prepúberes. Reconoció que la anorexia afecta más a las chicas pero también se ha dado ese aumento en los varones. En cuanto a las conductas suicidas o de autolesiones el informe indica que comenzaron a percibirse en Euskadi desde el otoño del 2020.

ansiedad

Un tercer efecto han sido los síntomas de ansiedad (trastorno de estrés postraumático): el estudio ha constatado un incremento del 100% de este tipo de casos. Sobre las causas del incremento de los problemas mentales entre los adolescentes, los doctores han apuntado varios factores.

Con el confinamiento llegó el aislamiento y suspensión de las relaciones sociales con iguales que limitó la maduración de la personalidad. También llegó la incertidumbre sobre el futuro y la angustia por el covid. A ello hay que añadir los mensajes que se trasladaron durante la pandemia, entre ellos los vinculados con el peligro de incrementar el peso y la necesidad de hacer ejercicio físico, un hecho que llevó a los adolescentes más frágiles a canalizar su malestar a través de un excesivo autocontrol de la alimentación.

En el informe, los doctores concluyeron que existe una situación de “extremo riesgo” para la salud mental infanto juvenil, en la que es necesario “ofrecer la mejor y más intensiva atención psicológica y psiquiátrica para ayudar a la recuperación más rápida y completa posible, y aunar esfuerzos con el mundo social y el educativo”.

“En Bizkaia se ha registrado un aumento de un 153% de los ingresos psiquiátricos de adolescentes por la anorexia nerviosa”

“La pandemia también ha conllevado conductas suicidas o autolíticas, y ansiedad”

Jefa Psiquiatría Infanto Juvenil Basurto