Euskadi ha superado ya el pico de la quinta ola pero la curva tarda en aplanarse. Aunque la mayoría de indicadores, como contagios e incidencia, evolucionan favorablemente, el registro de hospitalizaciones sigue siendo muy negativo y "todavía va a tardar un poco en bajar".

Las unidades que están acusando más este nuevo embate del virus son las de Críticos, con 67 pacientes ingresados, uno más que en la jornada previa. Estas cifras de enfermos graves tocan los techos registrados en el mes de mayo, cuando salíamos de la cuarta ola.

Pero ayer, Euskadi por fin consiguió bajar del millar de contagios ya que llevaba varios días instalada en los tres ceros. Así, registró 879 nuevos casos de covid-19, lo que supone 169 contagios menos que el día anterior. Asimismo logró hacer descender la tasa de positivos hasta el 11,1%, un punto y medio menos que el jueves.

El viernes se efectuaron 7.899 PCR y test de antígenos, con 520 positivos en Bizkaia, 247 en Gipuzkoa, 93 en Araba, y otros 19 que corresponden a personas con residencia fuera de Euskadi. Los tres territorios vascos redujeron sus positivos en esta jornada, de manera que Gipuzkoa registra 80 casos menos que el jueves, Bizkaia 71 positivos menos y Araba 15 menos.

TRES VECES MÁS SIN VACUNAS

En los hospitales vascos, ingresaron por covid 59 personas en planta, cinco menos que el día anterior. Por contra, los pacientes con coronavirus en las UCI se elevaron a 67.

Y es que, aunque la presión en urgencias hospitalarias y en las UCI es notable, no es nada comparable a lo que hubiera pasado sin las vacunas, según declaró ayer el vicepresidente de la Sociedad de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), Pascual Piñera.

A su juicio, sin vacunas, "la primera ola hubiera sido una broma en comparación con esta", y sostiene que los ingresos en urgencias, UCI y planta podrían haberse triplicado.