Con una pandemia que escala el pico de la cuarta ola, el lehendakari, Iñigo Urkullu, no está dispuesto a hacer concesiones. Por eso, ayer lunes aseguró que "de cara al verano, deberíamos ser aún más estrictos" que el año pasado en el cumplimiento de las medidas sanitarias debido a "la alta presión hospitalaria que hay ahora y que no hubo el verano anterior porque acababa de terminar el confinamiento total. "Ojalá" , expresó, "se cumpla la previsión de alcanzar el 70% de inmunización a final del verano, pero para eso se necesita un flujo de vacunas y de administración de las mismas suficiente". Por ello, prefirió no adelantar si los vascos podrán o no viajar fuera de Euskadi.

Urkullu anunció ayer lunes en Radio Euskadi que convocó para hoy mismo a la comisión de apoyo del LABI (Plan de Protección Civil de Euskadi) para analizar la situación epidemiológica al alza tras la Semana Santa y escuchará las interpretaciones que los profesionales le planteen. En base a eso, convocará o no al Consejo Asesor del LABI, que decide sobre las restricciones a adoptar. En todo caso, manifestó que no se plantea "suavizar en ningún caso" las medidas establecidas. "En Euskadi tenemos una dinámica de medidas mantenidas con un compromiso absoluto de que sean bastante exigentes, intentando guardar un equilibrio entre la preservación de la salud pública con la salud económica de la sociedad y la salud emocional", indicó el máximo responsable del Gobierno vasco.

En esta línea, reiteró que, si se cumplen las medidas en vigor, "deberían ser suficientes y no sería necesario aplicar medidas más restrictivas todavía". No obstante, precisó que habrá que ver cuál es la evolución epidemiológica porque la pandemia va a seguir durante "muchos meses".

El lehendakari aseguró que "no ha dudado" sobre las restricciones que se han ido estableciendo, si bien "comprende perfectamente las sensaciones que se puedan vivir" en la sociedad tras más de un año de pandemia y también en "determinados sectores" afectados por las medidas.

Asimismo se mostró tajante sobre la Sputnik V y aseguró que el Gobierno vasco no contempla comprar la vacuna rusa ni está negociando su adquisición, como sucede en comunidades como Madrid o Andalucía.

Presencialidad en la universidad

Por otra parte, la rectora de la Universidad del País Vasco, Eva Ferreira, puso ayer lunes en valor el trabajo realizado por la comunidad universitaria ante la pandemia, "con una presencialidad del 75%, el máximo permitido por las medidas de seguridad" y para mantenerla, reclamó en el Parlamento Vasco que el personal universitario tenga "el mismo tratamiento" en la vacunación que el personal de Educación Secundaria, inmunizado de forma prioritaria.

De hecho, los rectores de las tres universidades ubicadas en Euskadi apostaron ayer lunes por mantener al máximo la presencialidad en las aulas y reclamaron que se incluya a sus plantillas dentro de los colectivos esenciales a vacunar. Eva Ferreira, José María Guibert, rector de Deusto, y Vicente Atxa, de Mondragon Unibertsitatea, mantuvieron un encuentro con el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, para analizar la marcha de este curso que calificaron como positiva.

En las tres instituciones hasta la fecha se han contabilizado 2.580 casos positivos -2.240 entre el alumnado y 340 entre el personal-, lo que arroja un promedio de ochenta contagios semanales en un colectivo integrado por 74.050 personas: 64.341 alumnos y 9.709 personas en plantilla. Según Educación, además, prácticamente no se han producido infecciones en la actividad académica dentro de los tres campus.