El Servicio de Nefrología de la OSI Bilbao Basurto de Osakidetza ha comenzado este mes de febrero con los preparativos y la formación de profesionales y pacientes para implantar la hemodiálisis domiciliaria, una técnica que favorece la prescripción de una hemodiálisis más frecuente y, además, evita "traslados innecesarios" y tiempos de espera.

"El objetivo es aportar y ampliar la ya plenamente implantada diálisis peritoneal (domiciliaria) a los pacientes que, por razones varias, no pueden o tienen que dejar la diálisis peritoneal y siguen sin querer acudir al hospital a dializarse, quieren ser gestores de su propia enfermedad, seguir con su autocuidado", han apuntado desde el hospital vizcaino.

Según han destacado, la hemodiálisis domiciliaria favorece la prescripción de una hemodiálisis más frecuente, "suministrando al paciente una dosis global de diálisis mayor con un coste menor que si se realiza en un centro", y, además, evita "traslados innecesarios y largos tiempos de espera", lo que repercute en la calidad de vida de los pacientes.

TRATAMIENTO A DOMICILIO

Seguir tratamiento en el domicilio permite al paciente "adaptar la diálisis a su vida y no a la inversa", lo que hace "mucho más factible" la conciliación familiar y laboral, han valorado. En la actual pandemia, además, evitar desplazamientos al centro hospitalario ha cobrado "gran relevancia", ya que contribuye también a reducir el riesgo de contagios de coronavirus.

Desde la OSI han explicado que diversos estudios han mostrado "múltiples efectos beneficiosos" relacionados con el aumento de la frecuencia de la hemodiálisis, entre ellos "el mantenimiento de la función renal residual, mejor control de las toxinas urémicas, mejor control de la anemia, disminución de la dosis necesaria de EPO, mejor control del peso seco". "En definitiva, el aumentar la frecuencia de la hemodiálisis hace que sea más fisiológica y mejor tolerada", han precisado.

Según han explicado, "sin duda un gran beneficio es la elevada supervivencia, en algunas series ha sido superior al 90% a los cinco años comparada en muchas series con el trasplante renal. En nuestro país, la supervivencia global a los 10 años en diálisis peritoneal es de 60%, en hemodiálisis es de 40% y en trasplante renal superior al 90%. En nuestros datos la supervivencia a los 5 años es del 90% y a los 10 años del 78%".

GRUPOS DE EDAD

La hemodiálisis domiciliaria es una técnica que puede ser utilizada por grupos de edad "muy heterogéneos". "Desde pacientes jóvenes con vida laboral activa a pacientes añosos con importante comorbilidad a los que la técnica les podría permitir permanecer en su domicilio en la fase final de su vida", han explicado desde la OSI Bilbao Basurto.

Los pacientes realizan un aprendizaje de aproximadamente un mes, en el que acuden al hospital para ir adquiriendo los conocimientos que permitan realizar la técnica en su domicilio. El personal de enfermería, previamente formado, es el encargado de realizar las formaciones con un protocolo muy similar al de la diálisis peritoneal.

IMPLANTACIÓN TODAVÍA BAJA

Desde la OSI han recordado que, en los 70 y los 80 del pasado siglo, se desarrolló un programa de hemodiálisis domiciliaria "importante", cuando "la incorporación generalizada del tratamiento renal sustitutivo con diálisis en pacientes españoles con enfermedad renal crónica avanzada generó problemas de falta de unidades" por el distanciamiento entre domicilios y centros hospitalarios.

Sin embargo, posteriormente la hemodiálisis domiciliaria disminuyó "hasta prácticamente desaparecer", debido al incremento de la diálisis peritoneal, el aumento de los trasplantes renales y "la falta de interés de la industria".

Aunque "la distancia ya no es un problema" en el Estado, "uno de los objetivos de los nefrólogos del siglo XXI es ofrecer la posibilidad de realizar un tratamiento renal sustitutivo que le permita al paciente mejorar su calidad de vida mediante las terapias domiciliarias como la hemodiálisis domiciliaria", han explicado desde el hospital bilbaino.

Aunque las cifras globales de implantación "siguen siendo todavía bajas", el crecimiento en los últimos años ha sido "importante" y se espera un mayor desarrollo en los próximos años.

En función de los datos que han aportado, en otros países como Australia y Nueva Zelanda la incidencia es del 19% y también ha aumentado en los países del norte de Europa como Dinamarca (5,7%), Finlandia (5,3%) y Holanda (2,7%).