La vida postcovid está a la vuelta de la esquina. Las residencias serán dentro de unas semanas las primeras burbujas sociales protegidas y seguras ante el coronavirus. Por eso, la esperanza y la confianza brillan con intensidad en las miradas y en las palabras de trabajadores y personas residentes cuando hablan del proceso de vacunación que el domingo arrancaba en Euskadi.proceso de vacunación que el domingo arrancaba en Euskadi Han vivido sustos, días malos, peores y auténticas tragedias. La primera ola fue un tsunami para un puñado de residencias; esta segunda ofensiva del SARS-CoV-2 se ha sobrellevado mejor y por delante, la amenaza de una tercera avalancha navideña de un virus que ya ha provocado la muerte a unas 900 personas desde el pasado mes de marzo en las residencias vascas.

Ahora se abre una ventana al optimismo ya que la incidencia del patógeno entre este segmento de población se espera que pueda reducirse sensiblemente. La vacunación dará ánimos para recuperar aquella vieja normalidad o, al menos, parte de ella. Y es que aunque las residencias se blinden, por el momento sus familiares no estarán vacunados y el kit básico de protección (mascarilla, gel y distancia) seguirá siendo fundamental hasta que la inmunidad haya llegado a un porcentaje elevado de la población. En cualquier caso, la carrera hacia la luz ya ha empezado.

"Es un punto de inflexión que nos ayudará a quitarnos parte de la tensión que hemos vivido en todos estos meses", resumía Gabirel Azaola, gerente de la Residencia Barrikabarri, en declaraciones a DEIA. Todavía no saben cuándo llegará su turno. De momento han empezado a tramitar todo el papeleo que les ha sido requerido por las autoridades sanitarias relativo a consentimientos de familiares con personas residentes que presenten algún deterioro cognitivo. Un encargo que están cumplimentando en todos los centros de la geografía vasca; en algunos de ellos desde principios de la semana pasada ya empezaron con esta labor.

"La esperanza"

Así ha sido en la Residencia Olimpia, en el corazón de la capital vizcaina. Empezaron el martes y para este pasado jueves ya habían reunido los documentos necesarios. "Así, cuando nos digan que vienen lo tendremos todo listo y estaremos encantados. Nos pondremos en la fila rápido", expresaba Iratxe Landeta, directora de este centro, tratando de quitar hierro a una situación que ha llegado a poner patas arribas al sistema asistencial. "Es la esperanza", resumía, consciente de que todavía quedan meses por delante. Hasta entonces, apostillaba Landeta, médica de profesión, "tendremos que seguir con nuestras medidas de protección".

Una idea compartida a pies juntillas por Azaola, quien recalcaba que rebajar la tensión no significa relajación. "Hasta que haga efecto y la tendencia sea clara pasarán todavía meses. Pero al menos nos aporta una medida adicional de protección, la más efectiva que podemos tener para evitar un contagio". El centro que dirige, Barrikabarri, es uno de esos pocos oasis en los que el patógeno no ha logrado entrar en estos nueve largos meses gracias a las cosas bien hechas y, como apunta Azaola, "mucha suerte" porque el covid-19 ha llamado a sus puertas en alguna ocasión€

"La vacuna es una medida adicional para protegerles y evitar contagios. Si el virus entra se transmite de una manera brutal y entonces, todo lo que has hecho se te puede caer", redondeaba. No han tenido la misma "suerte" en Olimpia, una residencia urbana, en pleno Indautxu, donde la primera ola sacudió con fuerza. Eran otros tiempos, con una media de entre 130 y 150 visitas diarias de familiares y allegados, y cuando el ciudadano de a pie todavía no había oído hablar del coronavirus, de los geles hidroalcohólicos, las mascarillas FFP2€

Sin bajar la guardia

Ahora la situación está normalizada pero no bajan la guardia. Han aprendido a esperar y el principio del fin ya empieza a asomar para las 92 personas residentes y las cerca de 80 trabajadoras del centro. Para alcanzar la meta todavía quedarán meses, pero las dinámicas establecidas dentro de cada residencia también están contribuyendo a aliviar las cargas emocionales de todos. Más aún cuando el impacto de un tercer envite de la pandemia podría romper a esas miles de personas que llevan meses y meses resistiendo.

"Si empezamos esta semana -calculaba Landeta- cuenta 21 días y a esos súmale unos 7 aproximadamente y ya tienes una inmunidad. Es posible que lo puedas coger, pero ya no será de la misma gravedad que hasta ahora. Se busca evitar complicaciones como las neumonías bilaterales", ilustraba. Anhelos que, tarde o temprano, se harán realidad en este centro y en todos los existentes en el conjunto de la geografía vasca. En Barrikabarri, con 82 personas residentes y una plantilla casi igual en número, confían también en ser llamados a capítulo por las autoridades sanitarias.

Ahí también están recogiendo las autorizaciones familiares, más de una treintena de momento y todas favorables a la vacunación. En el caso de Olimpia, tal y como subrayaba su directora, la respuesta ha sido "abrumadora, tanto entre residentes como en los trabajadores". Hasta que llegue su turno, la consigna es reforzar los recordatorios para sensibilizar a residentes, trabajadores y familiares. "Ser prudentes y no bajar la guardia", decía Azaola; "tendremos que seguir con nuestras medidas de protección", expresaba Landeta. Todo, con tal de poder generar un cortafuegos que evite la propagación del virus.

La responsabilidad individual, pero también las vacunas, marcarán la dimensión de una tercera ola o la posibilidad de evitarla en buena parte. De hecho, las voces expertas estiman que aunque sea el principio del fin, todavía quedarán meses por delante "que no van a ser sencillos".

La vacuna es una medida adicional de protección. "Puede haber alguna reacción negativa, pero el beneficio de poder crear una nueva barrera y evitar la difusión de un virus que se transmite con tanta eficacia y con unos niveles de letalidad tan elevados entre las personas mayores€", coinciden Azaola y Landeta.

"Nos reducirá la tensión de estos meses, pero no podemos bajar la guardia"

Residencia Barrikabarri

"Cuando nos digan que vienen lo tendremos todo listo y estaremos encantados"

Residencia Olimpia