Con la segunda ola convertida ya en tsunami, el segundo confinamiento domiciliario en Euskadi puede ser inevitable si el toque de queda y las restricciones a la movilidad adoptadas el pasado 26 de octubre no logran frenar la galopante expansión del coronavirus. La mesa de crisis del LABI (el Plan de Protección Civil de Euskadi), se reunirá el jueves y evaluará la evolución epidemiológica y la necesidad de medidas más estrictas para contener los contagios que solo la semana pasada superaron la barrera de los 8.000. Un consejo asesor que podría optar por una cuarentena similar a la de marzo y abril, pero con clases presenciales en los colegios.

En una entrevista en Radio Euskadi, el lehendakari, Iñigo Urkullu, indicó que, además de los datos de infecciones, el Gobierno vasco analizará otros indicadores como el de ocupación de UCI. Participará asimismo en la reunión de la Comisión Interministerial, que tendrá lugar el miércoles por la tarde, antes de decidir cómo actuar. Si los datos de contagios siguen la actual escalada, indicó que su Ejecutivo baraja desde "la supresión de toda actividad económica no esencial con una hora más adelantada" o "mantener solo la actividad laboral y educativa y el cierre del resto", sin descartar el confinamiento total. Se trataría, en definitiva, de reducir al máximo el número de horas que los ciudadanos permanecen en la calle. "Es una situación inquietante y de máxima preocupación, pero se abordará desde un ejercicio de equilibrio para preservar la salud y la economía", aseguró, al tiempo que advirtió de que "todas las medidas están sobre la mesa".

La ocupación de las Unidades de Críticos es lo que más preocupa en estos momentos. Ya hay un centenar de pacientes muy graves en UCI, concretamente 104, con una ocupación del 38% de camas, que rebasa la llamada línea roja, ya que el umbral en estas unidades está fijado en el 35%. Además, la cifra de 104 hospitalizados en estás áreas no era tan mala desde el pasado 27 de abril.

338 millones extras en sanidad

El lehendakari destacó que desde que llegó la pandemia, Euskadi ha tenido que destinar a sanidad 340 millones de euros más de lo presupuestado. Y señaló que, en comparación a hace un año, la plantilla de Osakide-tza ha crecido un 8,3%. "Hemos llegado a un total de 38.000 profesionales, algo que nunca había sucedido", destacó. En este sentido, explicó que el incremento de 3.500 profesionales extras equivale "a la plantilla de un hospital como el de Galdakao".

Urkullu insistió en que no hay "colapso hospitalario" y subrayó la fortaleza del sistema sanitario vasco, que ha conseguido atender en una semana 132.000 casos en Atención Primaria presencial y el doble en telemática, que cada día hace entre 10.000 y 15.000 pruebas PCR y que, además, ha vacunado ya a 300.000 personas contra la gripe. "Tenemos un sistema sanitario fuerte y con capacidad de respuesta".

Por su parte, el coordinador del Programa de Vigilancia y Control del virus, Ignacio Garitano, que también compareció ante los medios, consideró que "esta semana se verá la incidencia de las medidas restrictivas adoptadas" e informó de que en Euskadi hay 11.732 casos activos de coronavirus, con una media de 4,4 contactos aislados por cada caso. Preguntado sobre si Euskadi está cerca de solicitar un confinamiento severo, resaltó que ese es "el último escenario que se contempla". Garitano insistió en que los cribados que se están realizando son útiles porque se logra detectar a contagiados y "retirarlos de la circulación".