Francia también asiste a cifras récord en esta segunda sacudida. Tras registrar más de 30.000 nuevos casos en 24 horas, el gobierno de Emmanuel Macron decretó el toque de queda nocturno -desde las 21.00 hasta las 6.00 horas- en París y otras ocho grandes ciudades durante al menos un mes. Sin embargo, el inquilino del Elíseo no opta por el cierre total de restaurantes ni por el confinamiento generalizado de marzo y busca así frenar la vida social de los franceses por la noche bajo multas que comienzan en los 135 euros.

Eslovaquia, por su parte, declaró hace dos semanas, por segunda vez durante este año, el estado de emergencia. Con ello, cerró gimnasios y colegios. Su primer ministro, Igor Matovic, anunció además que habrá test gratuitos PCR para toda la población con el fin de fortalecer la detección precoz de los casos.

El país más golpeado durante los primeros coletazos de la pandemia despertó de su milagro. Parecía que Italia estaba esquivando con éxito los nuevos latigazos del coronavirus, pero ayer anunció que impondrá un toque de queda nocturno en dos de sus regiones más pobladas, Lombardía y Campania.

Tras romper la barrera de los 10.000 casos diarios, el primer ministro, Giuseppe Conte, anunció nuevas medidas, que pasan por el cierre a medianoche de los restaurantes y a las 18.00 horas el de los bares que no tengan servicio de comida. Las mesas deberán de estar limitadas a un máximo de seis personas. Austria también anunció nuevas medidas y limitó de doce a seis los encuentros sociales.

Por su parte, Polonia impone la obligatoriedad de llevar mascarillas en las zonas rojas y ordena las clases virtuales en estas áreas del país. El Gobierno habilitó horarios especiales para que los más mayores puedan ir a hacer la compra de forma más segura y decidió que los restaurantes cierren a las 21.00 horas.

Alemania, que desde marzo fue un ejemplo de contención frente a sus vecinos, también alcanza cifras de contagios récord, que nunca marcó durante la primera ola. Sin embargo, bares, restaurantes y colegios permanecerán abiertos y las medidas solo afectan de momento a un cierre previo de los establecimientos y una reducción de personas durante el mismo evento.

Ante los nuevos repuntes de la pandemia, Europa opta por aplicar medidas localizadas y tibias. En muchos lugares hay más casos detectados que nunca, pero hay que tener en cuenta que también se hacen más test y pruebas PCR que durante los primeros meses del covid-19. Aunque los hospitales no colapsaron y el número de fallecidos es muy inferior a los datos de marzo, abril o mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que la situación amenaza con estar fuera de control. Tanto la OMS como la Comisión Europea han pedido recientemente a las capitales que lleven a cabo todas las medidas pertinentes para evitar un confinamiento total que tendría consecuencias incalculables para unas economías ya muy contagiadas por la fiebre del covid-19.

Gales se convirtió el lunes en el primer territorio europeo en decretar un confinamiento total durante las próximas dos semanas.