La crisis sanitaria más importante de los últimos 100 años ha pasado una trágica factura en Euskadi con casi 1.900 personas fallecidas. Pero si hay una zona cero del coronavirus donde la enfermedad expone su cara más cruel y deja ver su peor versión, esa es la UCI. De hecho, durante la primera ola de la pandemia fallecieron en estas unidades hospitalarias tres de cada diez ingresados, según revela el registro covid-19, impulsado desde el Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital de Cruces, con la colaboración de la startup vasca Ubikare.

Porque la pandemia ha puesto a las Unidades de Cuidados Intensivos en el punto de mira. En estos espacios -donde se trabaja de forma totalmente distinta al resto del hospital para tratar los casos más graves-, el servicio de Anestesia y Reanimación realiza tareas imprescindibles para sacar adelante al 15% de los pacientes que ingresan en un hospital con covid y necesitan cuidados críticos.

El terremoto que ha supuesto para el sistema sanitario este virus provocó que las riadas de enfermos y su gravedad desbordaran enseguida todos los planes de contingencia y se comprobó que muchos de los enfermos requerían UCI, algo que no se preveía. Las unidades se llenaron muy rápido y pronto se detectó que los respiradores no alcanzaban.

Con una enfermedad muy virulenta convertida en un tsunami sanitario, el registro covid impulsado desde el 20 de marzo por el Hospital de Cruces, ha permitido conocer mucho más acerca de los pacientes graves. De hecho, los estudios publicados describen que los pacientes en UCI tenían una edad media de 64 años y en su mayoría eran varones (solo un tercio eran mujeres).

Además, las enfermedades más prevalentes en este tipo de pacientes eran la hipertensión arterial, obesidad y diabetes. “Los enfermos ingresaban generalmente entre los 7 y los 9 días de notar el inicio de síntomas. Los síntomas más frecuentes eran fiebre y dificultad respiratoria”, explica María Hernández, impulsora del registro covid. “Entraban al hospital con una situación de insuficiencia respiratoria moderada/severa y más del 70% de ellos necesitaron ser conectados a un respirador para ventilar”.

La estancia media en UCI fue entre 15 y 17 días. Además fallecieron el 31% de todos los ingresados. Y es que el registro revela que los hospitales solo han podido curar a siete cada diez enfermos de coronavirus. Sin duda, la edad fue el factor más importante de mortalidad en estos servicios. Concretamente en la CAV, con 1.898 muertes notificadas hasta el 20 de septiembre, es a partir de los 70 años cuando la letalidad del Sars-Cov-2 se dispara. Fallecen el 9,6% de los infectados hasta los 80 años, el 20,7% de los octogenarios y el 28,2% de quienes tienen a partir de 90 años.

“Hipertensión, obesidad y diabetes han sido las tres comorbilidades que más acompañan a los pacientes graves”, asegura Hernández, quien suscribe las descripciones efectuadas en la Revista de Anestesia y Reanimación (REAR) donde observan una serie de características comunes entre todos los enfermos. Asimismo han dibujado las líneas maestras de la enfermedad y el manejo ventilatorio de los pacientes.

Los mejores cuidados

En este sentido, desde el Servicio de Anestesiología y Reanimación de Cruces se han proporcionado todos los recursos necesarios para impulsar el registro covid con el objetivo de poder ofrecer las mejores terapias a los pacientes. “A pesar del esfuerzo que ha supuesto la atención de los críticos en nuestras unidades -que han doblado o incluso triplicado el número habitual-, hemos creído en la oportunidad que nos brindaba esta enfermedad para impulsar la investigación. Y hemos apostado por la innovación porque es factible realizar estadísticas a tiempo real”, destaca María Hernández, promotora de este censo, que se ha convertido ya en una herramienta clave para descifrar la nueva enfermedad.

“Hemos demostrado que la conexión interterritorial es posible, y que además de ayudar a aumentar nuestro conocimiento sobre el Sars-Cov-2, hemos podido verificar terapias e incluso, en ocasiones, consolarnos ante el desasosiego de una enfermedad que era bastante desconocida. Hemos demostrado que en nuestras Unidades nuestros pacientes han sido tratados de forma óptima con las evidencias de las que disponíamos y además seguimos trabajando para ofrecer el mejor de nuestros cuidados”, subraya la especialista.

Ubikare. Reg Covid-19 es el nombre del software desarrollado por la startup vasca Ubikare para conocer mejor la enfermedad y así ser más eficaces y eficientes en su tratamiento.

Ingenieros. Un equipo integrado por ingenieros y un cardiólogo adaptaron su herramienta informática para crear este registro que analizará constantes, tratamientos, complicaciones y la valoración de la supervivencia o mortalidad de los pacientes.

1.000

Un total de 36 hospitales de todo el Estado, incluido uno de Andorra, han colaborado en la confección de esta hoja de ruta, que cuenta con datos de más de un millar de pacientes hospitalizados con coronavirus.