Las obras del Topo de Donostialdea han quedado suspendidas sine die y a fecha de hoy solo se avanza en los trabajos del acceso peatonal de la calle San Martín, a la altura del Buen Pastor, donde opera un número reducido de trabajadores sin la certeza de hasta cuándo van a continuar. El resto no tienen fecha para su reincorporación, aunque las previsiones más optimistas reconocen que, "como muy pronto", los trabajos podrían reanudarse en diciembre, y eso "siendo muy optimistas", apuntan este diario fuentes cercanas a la obra.

La situación de incertidumbre se ha agravado en las últimas jornadas. Eusko Trenbide Sarea (ETS) ya comunicó a principios de agosto que la excavación en el túnel de La Concha no se reanudaría hasta estabilizar el subsuelo en la zona de los Relojes y las cabinas, una tarea que llevaría unos tres meses; en principio, hasta noviembre. Sin embargo, los recientes despidos de una treintena de trabajadores de primera línea evidencian que el parón podría ir más allá de noviembre. En la justificación de la rescisión de estos contratos, de hecho, la propia UTE reconoce que no tendrá trabajo para ellos "al menos hasta diciembre".

El socavón abierto en la céntrica calle Zubieta el pasado 5 de junio está en el origen de todo. Después del mismo, que provocó el desalojo de tres edificios en el corazón de Donostia, se iniciaron trabajos específicos de estabilización en el interior del túnel, pero la realidad es que aún hoy la fecha de regreso al trabajo es incierta. No se ha avanzado ni un metro desde aquel 5 de junio y no se volverá a excavar previsiblemente durante un buen tiempo. Hasta nueva orden.

En los últimos días, el movimiento en las obras se ha reducido aún más. En este tramo Miraconcha-Easo las excavaciones del túnel se estaban acometiendo desde dos bocas, una en las inmediaciones del polideportivo Pío Baroja, y la otra en Morlans, zonas alejadas del punto donde se produjo el socavón, pero que también están totalmente paradas.

Según ha podido saber este periódico, el equipo de Pío Baroja se encuentra "totalmente parado y estará así, al menos hasta diciembre de 2020", en palabras de la propia UTE. Y el equipo de Morlans, la otra entrada del túnel, "se encuentra también totalmente parado", aunque una docena de operarios de ese equipo seguirá con contrato en vigor y operativo para atender la excavación y el sostenimiento de los trabajos del expediente de emergencia. Son en total 28 los trabajadores de excavación a los que se les ha rescindido el contrato, mientras que otra docena permanecerá para garantizar labores esenciales de vigilancia y mantenimiento.

La suspensión temporal parcial de las obras del metro fue acordada en primer lugar el pasado 23 de junio por la comisión de contratación del ente público Euskal Trenbide Sarea; y posteriormente, el 20 de julio, una resolución del Gobierno Vasco, concretamente del delegado territorial de Gipuzkoa del Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras, suspendía todos los trabajos del interior. No solo donde se produjo el socavón, sino en todo el tramo, lo que paralizó también a otras empresas y subcontratas que operaban en el metro.

30 metros bajo tierra

La rescisión de los contratos del 70% de los empleados que trabajan en la excavación se habría producido en vista de que la paralización de las obras se alargará más tiempo del que inicialmente se esperaba. Todos ellos tenían un contrato fijo de obra, pero la empresa ha decidido rescindir sus contratos "al no disponer de trabajo para ellos con motivo de la suspensión de la obra", justifica la propia compañía.

NOTICIAS DE GIPUZKOA ha podido saber que su intención sería recuperarlos cuando se retomen las obras, pero para ello antes hay que "garantizar la consolidación del macizo y la estabilidad del frente" de la excavación, que se está produciendo a 30 metros por debajo del suelo en pleno centro de Donostia, y sin plazos cerrados debido a la dificultad que ofrece el terreno.

El sindicato ELA ya solicitó la paralización de las obras en junio, justo el día después de abrirse el socavón en pleno centro de Donostia. La central había presentado hasta doce denuncias ante la Inspección de Trabajo por "no garantizar la seguridad y salud de los trabajadores en el interior del túnel, así como la de los ciudadanos del exterior".

El sindicato asegura que previo al socavón se habían producido "filtraciones de agua y arena alarmantes" en el interior del túnel.