A punto de cumplirse una semana del incendio en el campo de refugiados de Moria, el nuevo recinto está listo, pero nadie quiere entrar en él. El Gobierno griego advirtió a las casi 12.000 personas acampadas en la carretera de que si quieren abandonar la isla de Lesbos deben instalarse primero en el nuevo centro. “Su centro de alojamiento temporal está listo. Por favor, vaya inmediatamente al campo. El alojamiento allí es obligatorio y su ingreso es necesario para garantizarle condiciones de vida decentes, y por razones de salud pública y personal. Además, para restablecer los procedimientos de asilo” cuenta un folleto que distribuye el gobierno.

El nuevo campo de Kará Tepé, con cabida actualmente para 5.000 personas en algo menos de 700 carpas de la Agencia de la ONU para los Refugiados, tiene de momento solo inodoros provisionales, pero el plan es instalar duchas y agua corriente.

prefieren no entrar

Mucha de la gente que continúa en los alrededores de Moria y cerca del nuevo campo, en pequeñas tiendas de campaña o en carpas improvisadas con retazos de tela o mallas, no se cree que en el nuevo campamento haya comida, ni agua. “El campo no es bueno, está cerrado. No hay comida, ni agua, es un problema”, dicen casi al unísono las familias ante la cámara del portal de noticias local Stonisi.gr. El Gobierno alemán ha sido por ahora el único que ha dejado entrever la posibilidad de acoger no solo a menores no acompañados, sino también a adultos, unos 1.500, en su mayoría familias con hijos y solo aquellos que tengan derecho a protección internacional, según informaciones de los medios germanos. Para el Gobierno griego, el motivo principal de la resistencia a entrar en el nuevo campo es que los refugiados prefieren hacer caso de los bulos, lanzados “por unos pocos” que dicen que hay mas posibilidades de salir de la isla si no entran en las nuevas instalaciones. En un intento de lanzar un mensaje esperanzador tanto a los isleños como a los migrantes, el ministro de Protección Civil griego, Mijalis Jrisojoidis, afirmó ayer que espera que para Navidad habrán abandonado la isla de la mitad de los refugiados que hay en la actualidad y que el resto lo habrá hecho antes de la Semana Santa de 2021.

Tensión en la isla

Las fuerzas de seguridad griegas detuvieron a dos menores no acompañados y tres adultos, todos ellos de nacionalidad afgana, por su presunta responsabilidad en los incendios que destruyeron la semana pasada el campo de refugiados de Lesbos, en el que vivían hacinadas unas 12.000 personas.

El ministro de Protección Civil, Michalis Chrisochoidis, confirmó en declaraciones a la cadena pública ERT la detención de estos cinco sospechosos, “migrantes jóvenes”, y que la Policía aún intenta dar con una sexta persona. Según fuentes policiales, sus solicitudes de asilo habían sido rechazadas, informa la agencia DPA. La situación en Lesbos, advirtió el jefe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Antonio Vitorino, “sigue siendo tensa”, en vista de las protestas que se han sucedido en los últimos días y protagonizadas tanto por los propios migrantes como por vecinos de la zona que reclaman al Gobierno medidas alternativas al realojo en otro campamento. “Entendemos la frustración de refugiados que se han encontrado en la calle de la noche a la mañana, así como los retos a los que se enfrentan las comunidades locales”, reconoció Vitorino.

El Fondo de la ONU para la Infancia también expresó su preocupación por que solo 800 personas hayan aceptado ser alojadas en esta nueva instalación. “Los miembros de la comunidad y nuestros aliados humanitarios han informado de la circulación de información falsa y rumores que desaniman a trasladarse al nuevo sitio”, afirmó el representante de Unicef en el país, Luciano Celestini.