“Algunos me habéis llamado Maripapeles, pero hoy no los traigo porque quiero que hable mi corazón”. Gotzone Sagardui se despidió ayer con cercanía y muy emocionada de su paso por el Ayuntamiento de Bilbao. “Ha supuesto para mí una aventura estupenda en la que me he centrado en buscar lo mejor para todos los bilbainos por encima de las diferencias entre los grupos y desde el diálogo”. En su despedida la nueva consejera de Salud del Gobierno vasco pidió a la ciudadanía “responsabilidad individual y colectiva frente coronavirus”.

Ninguna despedida es alegre pero, ayer, Juan Mari Aburto mostró en el pleno que Gotzone Sagardui es mucho más que una concejala con competencias importantes para desarrollar proyectos para la ciudad. Sagardui fue concejala pero seguirá siendo una amiga. Precisamente, por esa relación forjada durante años en los que el alcalde y la edil compartieron tantas vivencias ayer fue un día triste y de orgullo al mismo tiempo. Aburto aseguró que cuando recibió la llamada de la ya exedil y del lehedakari Iñigo Urkullu fue para él como un “jarro de agua fría”. Duró poco porque “la tristeza inicial rápidamente se tornó en un orgullo emocionado”, al saber que la edil era “elegida para afrontar uno de los retos más importantes y más difíciles de este nuevo Gobierno”. No duda el alcalde que Gotzone Sagardui ha sido “una gran elección” del lehendakari.

Sin embargo, hay cosas del corazón que la razón no acierta a comprender y por eso el alcalde no pudo evitar que la voz se le quebrase al rememorar sus “vivencias” con Sagardui desde el “ya lejano 2009”, tanto en el Instituto Foral de Acción Social (IFAS), así como en la Residencia de Leioa; en Empleo y Políticas Sociales y en Lanbide y, por último, en el Ayuntamiento de Bilbao.

“Sargardui me ha ofrecido siempre un apoyo fiel y leal y su trabajo en el Consistorio ha sido extraordinario, con mano derecha firme para defender Bilbao y sus proyectos en cualquier parte del mundo, pero con mano izquierda para solucionar problemas y conflictos, y creando clima de trabajo y colaboración”, recordó.

Puso en valor su disposición incluso en “este año tan especial sin vacaciones, porque la pandemia lo requería y siempre planteando propuestas”. El alcalde destacó también que ambos, el regidor y la nueva consejera de Salud, han “compartido vida y amistad, familia y amigos”. Y aseguró que “si hoy brotan lágrimas son de alegría, de orgullo y de amistad”. Precisamente, por esa relación que les une, el alcalde manifestó que “le despido como concejal y la recibo como consejera sabiendo que la salud está en buenas manos”. Pero al mismo tiempo afirmó que marcará su teléfono y tocará su timbre y que seguirá siendo para él “compañera de viaje”.

Los concejales

La primera en dirigirse a Sagardui cuando se votaba la urgencia de la sesión plenaria fue la portavoz de EH Bildu, Jone Goirizelaia, para desearle “mucha suerte” en su nueva labor y manifestarle que tiene a su disposición a la coalición en Bilbao “para cualquier cosa que sea necesaria”, al tiempo que le dio las gracias por el tiempo en el que han trabajado juntas.

Por su parte, la portavoz del PP, Raquel González, agradeció a la nueva consejera de Salud el trato dispensado “durante todos estos meses” y que haya prestado ayuda y atención a su grupo, tanto personal como laboral. Afirmó que no siempre habían llegado a acuerdos, pero que la exedil siempre se mantuvo “correcta” y le deseó “toda la suerte en su nuevo cargo, porque ahora “la salud de los vascos depende en gran parte de ella”.

Desde Elkarrekin Podemos, Ana Viñals afirmó que “he aprendido mucho trabajando” con Gotzone Sagardui. “Le deseo mucho ánimo en este gran reto” y aseguró que su grupo estará a su disposición para lo que necesite.

Por parte del PSE, socios en el gobierno municipal, Alfonso Gil, manifestó que “hemos discutido mucho, pero siempre hemos puesto por encima lo que nos unía. Estoy convencido de que tendrá éxito en un área muy difícil como es la de Salud”.

Por último, la portavoz del PNV en el Ayuntamiento de Bilbao, Nekane Alonso, le dio las gracias por “su dedicación”, le deseó que “le vaya bonito” y afirmó que tiene “un gran reto por delante en un momento complicado”.

No es propio en los plenos de despedida que los grupos políticos intervengan, pero ayer lo hicieron y para Sagardui fue muy reconfortante “ver que, a pesar de las diferencias, hemos trabajado todos por el bien común de Bilbao”. La consejera de Salud puso en valor también a todos los trabajadores del Ayuntamiento que “hacen lo posible por llevar adelante la ciudad”.

Cada vez que Juan Mari Aburto pidió su colaboración jamás se opuso y, orgullosa, aceptó el reto que ahora le ha propuesto el lehendakari sabiendo que, como siempre, su familia le ayudará en el día a día, también de esta decisión.