Cantabria apuesta este curso escolar por el uso masivo de la mascarilla en sus centros educativos como una de las medidas para frenar el coronavirus y recomienda que los niños de 3 a 6 años también la lleven, una propuesta pionera y controvertida, ya que los docentes creen que es poco viable y la tachan de "locura".

Conforme a las pautas del Gobierno español, la mascarilla es obligatoria a partir de quinto de Primaria y de primero a cuarto si no se está en un grupo estable de convivencia. Además, con las instrucciones de los ministerios de Educación y de Sanidad, la mascarilla no es obligatoria para Infantil.

Sin embargo, en Cantabria la Consejería de Educación ha ido más allá en su protocolo para este curso 2020-2021 y la impone para todos los alumnos a partir de 6 años, mientras que en la etapa entre 3 y 6 la aconseja.

ALUMNOS DE INFANTIL CON MASCARILLA

Esta recomendación de poner mascarilla a niños entre 3 y 6 años ha suscitado disparidad de opiniones en la comunidad educativa: si bien la Consejería lo defiende como una medida sanitaria para proteger a los menores, los docentes no lo ven apropiado en niños tan pequeños.

La consejera de Educación de Cantabria, Marina Lombó, recurre a las instrucciones generales de Salud Pública para explicar el motivo de que su departamento haya hecho esa recomendación. "Creemos que con las recomendaciones de Salud Pública sería un contrasentido que se esté haciendo normativa de uso obligatorio de mascarillas a todo el mundo y que nosotros no lo aplicáramos", dice la consejera, que insiste en que las mascarilla es actualmente, y según todos los expertos, la principal protección frente al virus, junto a la distancia.

DOCENTES, EN CONTRA

Sin embargo, una pata fundamental del sistema educativo, los docentes, no comparten esos beneficios del uso de la mascarilla en edades tempranas que proclama la consejera. Los sindicatos no ven en la mascarilla a esas edades como un elemento adecuado para frenar la COVID-19 y apuestan, en cambio, por bajar las ratios de niños por aula y contratar más personal docente y de atención.

Es el caso de la presidenta de la Junta de Personal Docente de Cantabria y portavoz del sindicato Stec, Belén González, que cree que el uso de la mascarilla en alumnos de 3 a 6 años "es una locura".

González argumenta que a esas edades no se hace un buen uso de la mascarilla y advierte de lo que puede suponer para un niño tan pequeño tener que llevarla tantas horas. "Si ya a los adultos nos agobia al cabo de un par de horas, imagina a un niño de 5 años en un colegio cinco horas la mascarilla puesta", apuntae.

En Anpe, otro sindicato educativo, también lamentan que se haya fiado todo al uso de la mascarilla y cuestionan que la Consejería haya apostado en esta vuelta a las aulas "por lo más barato" en lugar de bajar las ratios.

Los docentes que están a pie de aula tampoco ven en la mascarilla en niños de 3 a 6 años una panacea, sino más bien lo contrario.

María Jesús Ortiz y Gloria Oliva trabajan con estas edades, ambas en colegios de Santander. La primera ve "fatal" la mascarilla en niños de esos años y la segunda apunta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) "la ha desaconsejado en menores de 11".

Pero sobre todo las dos hablan de su experiencia práctica y advierten de dos "realidades": la primera, que los niños de 3 a 6 años no van a hacer un uso adecuado de la mascarilla, "quitándosela y poniéndosela" y "dejándola en cualquier lado"; y la segunda que a esa edad es fundamental en el plano pedagógico reconocer las expresiones y percibir las emociones, para lo que tapar la nariz y la boca es contraproducente.

PEDIATRAS

Esta recomendación de uso de mascarilla en edades tempranas que ha hecho la Consejería de Cantabria no está mal vista por los profesionales médicos, que avisan de que cada vez hay más contagios en niños pequeños.

La jefa de Pediatría del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander, María Jesús Cabero, cree que "la idea no es mala", pero reconoce que "otra cosa es la viabilidad" que pueda tener. Cabero apunta que hay muchos niños que tienen que utilizar mascarilla por problemas de salud y, por su experiencia, es un elemento que "funciona bien" en esos casos.

Esta experta, sin embargo, avisa de que no se debe pensar que la mascarilla "sustituye ni a la distancia social ni a la necesidad de que los niños estén más tiempo al aire libre y en lugares ventilados".