Mikel y Diego querrían que siguiéramos haciendo barrancos”. Sobreponiéndose a la tragedia registrada esta semana en Suiza, el joven Julen Villoria, de 24 años y vecino de Allo, regresó ayer desde el país helvético a la localidad enclavada en Tierra Estella, la cual permanece sumida en la consternación por la muerte de dos barranquistas navarros y uno vizcaino, mientras que un tercer deportista navarro sigue desaparecido. “Ellos amaban lo que hacían y sus almas descansan en aquel barranco”, afirmó ayer el joven, amigo de los fallecidos, que se habría sumado a la actividad de no haber llegado tarde al encuentro con el grupo accidentado.Miembro del Kat Team, el grupo de espeleología fundado por Diego Maeztu y Mikel Lasa hace unos años en Allo, Villoria se entrevistó ayer personalmente con familiares cercanos del fallecido Mikel Lasa Mendizabal y del desaparecido Diego Maeztu Martínez de Morentin, cuya búsqueda se reanudó ayer en grupo más reducidos, después de que el viernes tuvieran que interrumpirse las labores de salvamento por culpa de la lluvia.

El joven, que se había citado el miércoles con el grupo de los barranquistas accidentados, no pudo llegar a tiempo para la salida a las gargantas de Parlitobel y la tormenta que a la postre causó el trágico suceso le pilló a unos 200 kilómetros de la zona. “Fue una tormenta eléctrica que se formó de forma repentina y que yo fui entrando en ella conforme me iba acercando al lugar”, relató ayer el joven, al que las dos mujeres de la expedición le indicaron que sus amigos habían sufrido un accidente y estaban malheridos, para no causarle una mayor conmoción.

Cuando Villoria llegó finalmente al lugar, en la noche del miércoles, intentó colaborar en las tareas de rescate de los cuerpos de sus amigos, para cuya búsqueda las autoridades suizas utilizaron drones y helicópteros. Asimismo, realizó el reconocimiento de los tres barranquistas fallecidos: Mikel Lasa Mendizabal, de 33 años y vecino de Allo; Mikel Zabalza Hernández, de 29 años y vecino de Uharte Arakil; y Tontxu González Ortiz de Murua, de 47 años y vecino de Güeñes.

Aunque su deseo era colaborar en la búsqueda del cuarto accidentado -Diego Maeztu Martínez de Morentin, de 38 años y vecino de Allo-, finalmente Julen Villoria decidió el viernes regresar a su casa. “Intenté volver por mis medios, pero cada 100 kilómetros tenía que parar porque no podía mantener la concentración, así que finalmente llamé a mis padres y vinieron a buscarme”.

Compañero de actividades y vivencias de los accidentados, el joven asegura que “Mikel y Diego, y también Mikel y Tontxu, habrían querido que siguiéramos haciendo barrancos. Es nuestra pasión, lo que nos da felicidad y sé que ellos querrían que siguiéramos disfrutando por ellos. Subiendo montañas y descendiendo barrancos por ellos”.

HOMENAJE EN UHARTE ARAKIL

Durante el día de ayer, los amigos de Mikel Zabalza también quisieron rendirle su personal homenaje y honrar su memoria en Uharte Arakil, coincidiendo con la fecha en la que el joven habría cumplido los 30 años de edad. “El pueblo sigue muy triste, va a hacer falta mucho tiempo para que nos recuperemos de esto. Era un joven fantástico y estamos todos muy afectados”, explicó ayer una vecina del pueblo. Las gestiones para repatriar los restos mortales del joven, como del resto de accidentados, prosiguen aún sin una fecha concreta.