L servicio de atención telefónica Zeuk Esan ha superado ya, a mediados de año, los datos históricos de los años anteriores. La razón: el confinamiento. Durante los meses de marzo, abril y mayo, las relaciones familiares y el malestar psicológico fueron los principales motivos tanto de llamadas de menores como de los adultos. Además, fueron los padres y madres quienes más recurrieron al servicio. Algunos jóvenes llamaron de forma "muy desesperada", entre estresados y aburridos por el aislamiento.

A medida que la población comenzó a recuperar la libertad de movimiento, el número de llamadas al 116111 también sufrió una bajada, aunque las cifras continuaron siendo altas. Por lo tanto, de continuar esta progresión, podría darse el caso de que 2020 supere a las cifras de 2011, año en el que se inauguró el servicio. Entonces, se realizaron 788 contactos, mientras que este año ya se han registrado 561. "En la medida en que la gente va saliendo a la calle y vamos dejando las casas vacías, las llamadas van bajando y también ha cambiado el tipo de llamadas", explica Kepa Torrealdea, coordinador de Zeuk Esan.

"En marzo, abril y mayo, el tema de las relaciones familiares ha sido una constante, ha habido muchas llamadas relacionadas con el ámbito familiar, en junio, apenas, y en julio ese hueco lo han llenado las llamadas vinculadas a las relaciones entre ellos, tanto del ámbito del acoso como de cuestiones sobre cuadriilas, discrepancias internas, deslealtades, que uno deja la cuadrilla, otro se queda solo, el tema del aburrimiento, la soledad... Habitualmente, los problemas que tenemos vienen del ámbito de las relaciones, tanto en críos como en adultos, es ahí donde encontramos las dificultades, en la calle, en el trabajo, en las familias, las relaciones de los demás", ahonda Torrealdea.

En junio, "hemos vuelto un poco a la tónica de antes en cuanto al tipo de llamadas": si antes eran temas relacionados con el malestar personal, de estar en casa y todo el tema de relaciones de familiares, ahora volvemos a las situaciones de acoso. "Sobre todo en mayo hemos recibido más llamadas del ámbito del acoso, cuando los chavales han comenzado a salir a la calle, que es donde realmente se da el acoso original, porque el ciberacoso es de mantenimiento. Los chavales salen a la calle, se encuentran unos con otros y entran en esa dinámica anterior", apunta el coordinador del servicio.

Y es que, aunque uno pueda pensar que los meses de confinamiento pueden haber servido para reflexionar y cambiar ciertas dinámicas tóxicas, la realidad es otra. "Las dinámicas son constantes, están muy arraigadas a la forma de vivir que tenemos y a la forma de ser que tenemos en origen. En general, los chavales vuelven a las dinámicas. Por ejemplo, el tema del bullying, uno puede pensar que estos meses les han servido para reflexionar que esto está mal o que tienen que mejorar en eso, pues no, porque las dinámicas de los grupos son esas, hay veces que hay líderes y hay personas con las que es muy fácil meterse y en las que se descarga la tensión del grupo. Hay gente, además, que el confinamiento le ha venido muy bien, gente que de base tiene problemas, muy vinculados a las relaciones sociales, por timidez, por fobias, por ese sentimiento de vergüenza, así que el confinamiento le ha regulado y le ha venido muy bien quedarse sola. Ahora, se han visto con el problema de tener que volver a lo de antes. El confinamiento para ellos ha sido una especie de paréntesis", señala Torrealdea.

Una década de servicio

También ha habido un cambio en el tipo de personas que hacen uso del servicio. Si en marzo, los adultos realizaron el doble de llamadas que los menores, en abril se cuadruplicó. En abril llamaron también trece educadores. Sin embargo, con el inicio de la desescalada las cifras se fueron igualando. "En mayo fue prácticamente similiar y en junio han empezado a llamar más menores que adultos por primera vez en estos últimos cuatro meses", subraya Torrealdea.

El servicio Zeuk Esan cumplirá en otoño una década desde su puesta en marcha. Se creó a raíz de la ley de protección a la infancia de 2005 del Gobierno vasco, que recoge que los niños, niñas menores de edad tienen derecho a ser oídos, a ser informados y que, a tal efecto, la administración debe de poner algún recurso de amparo en su mano que les brinde esta posibilidad. Asimismo, la comisión de derechos humanos de las Naciones Unidas insta a los gobiernos a crear dispositivos de este tipo. Hoy en día, este es un servicio que es de obligado cumplimiento en el Gobierno vasco.

El balance que hace Torrealdea de estos diez años es "muy positivo". Sin embargo, apunta "una dificultad". "Tienes que estar muy presente en las redes sociales para que se conozca el servicio. Las redes sociales hoy en día son muy cambiantes y hay que hacer un gran esfuerzo para estar ahí. Cuando tenemos épocas de mayor visibilidad, recibimos más llamadas y todas son llamadas de fundamento. Eso nos hace pensar que hay mucha más necesidad, hay una infancia más necesitada de atención de la que realmente captamos, todo depende muchas veces con qué fuerza llegamos al conocimiento de la chavalería", concluye Torrealdea.

Los datos

Datos históricos. El año que más llamadas registró el servicio fue en 2011, el año de su puesta en marcha. Fueron un total de 788. En lo que va de año ya se han registrado 561 llamadas y, de seguir esta progesión, podría darse el caso de que 2020 supere las cifras de hace nueve años. De momento, ya ha superado las de 2019.

Marzo-abril. En los meses de confinamiento se registró un aumento significativo en el número de contactos permanentes (261), consultas (367) y demandas (445).

Mayo-junio. Durante la desescalada descendió el número de contactos pertinentes (160), consultas (317) y demandas (349), si bien continuó siendo alto.

Personas usuarias. Durante los meses del confinamiento, fueron los padres y madres quienes más hicieron uso del servicio, pero con el inicio de la desescalada los datos se fueron igualando. En marzo, los adultos realizaron el doble de las consultas, mientras que en junio llamaron más menores que adultos.

Motivos. Las relaciones familiares y malestar psicológico fueron los principales motivos de las llamadas durante el confinamiento. Ahora, vuelven los temas de acoso y las relaciones entre iguales.