ILBAO vuelve poco a poco a la normalidad, y eso implica recuperar momentos tan esperados que el covid-19 aplazó, frustrando meses de preparativos e ilusiones. Por lo excepcional de lo ocurrido este tiempo, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, quiso casar este viernes en el Ayuntamiento a las tres primeras parejas que han podido celebrar su boda tras el estado de alarma. El primer edil les habló a las parejas de la necesidad de compartir la felicidad, de la familia y la cercanía con los amigos, palabras que después de meses de aislamiento cobran un sentido mayor.

El Ayuntamiento de Bilbao, que celebra una media de tres bodas cada viernes, suspendió el pasado 1 de abril todos los enlaces que tenía previstos. La medida fue adoptada para adecuar el Servicio de Bodas Civiles, no considerado servicio esencial, a las limitaciones de actividad derivadas del Real Decreto-Ley 10/2020 de 29 de marzo, que contemplaba únicamente la celebración de enlaces que no pudieran ser retrasados por alguna situación excepcional, que debería estar debidamente acreditada.

Los últimos en darse el "sí quiero" en el Consistorio fueron Javier Arrieta y Eva Rubio. Eso sí, tuvieron que respetar la distancia social. Ni besos ni abrazos y sin invitados. Una ceremonia poco convencional que, sin embargo, a esta pareja le supo a felicidad en medio de un momento en el que la pandemia era virulenta. Su enlace fue retransmitido por Instagram, tras lo cual realizaron una fiesta virtual. Desde entonces hasta ayer, en el Salón Árabe no se había celebrado ninguna boda más.

El confinamiento nos ha regalado algunos momentos tan alegres como curiosos, como el caso de otra pareja que se casó en un balcón de la calle Sabino Arana. Con música en vertical y todos los vecinos a coro como acompañamiento desde sus ventanas para compartir con ellos ese momento tan especial.

Pese a todo, muchas parejas esperaban el momento de sellar su compromiso como lo habían previsto y el Salón Árabe es uno de esos sitios que los bilbainos eligen para formalizar su compromiso. Ese día especial llegó ayer para las tres primeras parejas y el propio alcalde, que solo por petición expresa de los novios oficia las bodas, decidió celebrar las ceremonias. "Es un momento especial porque ha habido gente que ha tenido que suspender un hecho tan vital como es contraer matrimonio e iniciar un proyecto en común, un proyecto vital. El coronavirus ha parado hasta esto. Hoy volvemos a una normalidad mayor y es que la gente se puede volver a casar en el Ayuntamiento y testimonialmente he querido decir que las primeras bodas las quiero hacer yo".

Aburto quiso tener un gesto para esa gente que el viernes volvió a la normalidad, casándose en el Ayuntamiento de Bilbao. "Para nosotros es un momento bonito y de orgullo porque un hecho tan importante como este puede volver a celebrarse en el Salón Árabe".

De lo que no se libraron ni los contrayentes ni sus invitados fue de cumplir las normas de seguridad sanitaria. Por ello, el aforo de los enlaces que se celebren durante esta fase está limitado a un máximo de entre quince y veinte personas, incluyendo contrayentes y testigos. Además, los asistentes deben permanecer en todo momento a una distancia interpersonal de dos metros.

Los intervinientes en la firma de las actas matrimoniales tuvieron que desinfectarse las manos antes y después de manejar dicha documentación. Las parejas pudieron hacerse las habituales fotos de recuerdo personal dentro del Consistorio, pero manteniendo la distancia. Después de cada enlace, el servicio de limpieza del Ayuntamiento se encargará de la desinfección del espacio y el mobiliario.

Las tres parejas se casaron a las 18.00, 18.30 y 19.00 horas, en un Salón Árabe que se llenó de felicidad

"Compartir es dar y recibir amor", les dijo el alcalde Aburto, que quiso celebrar las primeras ceremonias