- El confinamiento que se ha vivido ha servido para que muchas personas comenzaran a realizar algo de ejercicio casero después de que los centros deportivos bajaran la persiana. Algunos se las habrán ingeniado utilizando palos de escoba, llenar mochilas, utilizar el rodillo para practicar algo de ciclismo imaginándose unos buenos paisajes o coger bricks de leche para simular unas mancuernas.

Desde la Asociación vizcaina de Empresarios de Actividades Físicas (AVEAF) consideran que “no es viable la apertura” con las restricciones que se han establecido. Además, solicitan que se reduzca un 10% el IVA de la industria deportiva “para poder hacer frente a las secuelas económicas que ha dejado la pandemia del coronavirus”. Desde la Asociación, indicen en que “la viabilidad de los centros es absolutamente compatible con unas estrictas y asumibles medidas de seguridad y que podría ser suficiente una distancia de al menos metro y medio entre usuarios, determinando, por ejemplo, una alternancia de uso de máquinas o equipamiento”.

Por su parte, el presidente de la Asociación, Juan José Sánchez, asegura que “lo que nos trasladan los clientes es que tienen ganas de empezar de nuevo”. De hecho, ellos mismos sueñan con el día en el que puedan volver a subir las persianas de su negocio. “Hemos estado en contacto con el Gobierno vasco y les hemos trasladado las medidas de seguridad que llevaríamos a cabo, ha sido algo muy concreto, indicando las distancias en cada una de las actividades”, explica. Precisamente, indican que llevan “toda la vida dedicándonos al bienestar del usuario y en estos momentos lo redoblaremos aún más”. Es, por ello, que trabajan para que “todos los espacios sean lo más seguros posibles dentro de las posibilidades, con unas estrictas medidas de higiene, al igual que se controlara la distancia y el aforo”.

Juan Legarreta, del Gimnasio Urtzi -centro que lleva más de 40 años dedicándose a la actividad física en Bilbao- indica que algo que tienen siempre muy presente es la salud. “Nos dedicamos a la salud y bienestar de la ciudadanía y, la verdad, nos hemos adaptado bastante bien a la situación, no nos ha quedado otra que aceptar, con paciencia, todo lo que se nos ha presentado y aquí estamos a la espera”, explica. Sin embargo, a pesar de que han sabido acostumbrarse a esta situación, aún no saben cuándo podrán subir la persiana de su negocio. “No sabemos ni cuándo ni en qué condiciones. Abrir un gimnasio con un aforo del 30% es algo inasumible y, además, no poder dar el servicio de duchas también nos lo complica”, admite. Y añade: “Estamos a la espera y con mucha intranquilidad, la parte buena de todo esto por sacar algo positivo, es que estamos acostumbrados al mundo de la empresa que es constantemente cambiante y respondemos a las circunstancias que se nos presentan”.

En la misma línea, Legarreta es positivo y admite que de esta pandemia también se pueden sacar cosas positivas. “Lo importante de todo este parón nos ha servido a todos para estar más con nosotros mismos, para escucharnos, sentirnos, controlar las emociones y las sensaciones corporales. Quizá habrá muchas personas que habrán reflexionado y se habrán dado cuenta que hay que cuidarse más”, algo que considera muy positivo “socialmente y para los gimnasios” porque “también se habrá cogido mucha conciencia de la importancia que tiene la actividad física, la necesidad de moverse y sentirse activo”.

Desde AVEAF aseguran que garantizarán tranquilidad y seguridad al usuario porque “se va a encontrar unas instalaciones lo más adecuadas posibles” para seguir con la actividad, “cumpliendo estrictamente todo aquello que se diga en materia de higiene y seguridad”. Así, espera que no muchos gimnasios tengan que bajar la persiana. “Cuanto más tiempo pase más complicada será la reapertura. Queremos que nos escuchen porque somos los más interesados en abrir de cara a mantener nuestros negocios”.