La organización social pivota sobre el sistema educativo y por ello, pese a la falta de datos sobre la incidencia real de la COVID-19, en septiembre arrancará un curso escolar que para primar las garantías sanitarias puede crear una escuela diseñada a costa de las necesidades pedagógicas.

De este modo se han expresado, en una entrevista con Efe, médicos, pedagogos y familias, al reflexionar sobre los riesgos y beneficios de iniciar el curso en septiembre y acerca de si se están confundiendo educación y sistema educativo.

Para el responsable de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría del Hospital Vall d'Hebron, Pere Soler, es "imprescindible" que el sistema educativo funcione, ya que "es un servicio esencial que vertebra la logística diaria".

Sin embargo, como médico ha subrayado que una seroprevalencia del 3 % en niños es un índice "realmente muy bajo" al que se une la "escasez de datos científicos sobre la COVID-19", por lo que "hay que extremar mucho el cuidado ante la decisión de apertura de los colegios y ver muy bien en qué condiciones se hace".

Aunque el índice de contagio entre niños es "bajo", se debe valorar que "no es así de niños a adultos", ha señalado Soler, que ha propuesto "organizar los actos de acompañamiento y recogida de los más pequeños para movilizar al mínimo de personas".

El pediatra también ha planteado una vuelta a clase por zonas, priorizando las que registran menor incidencia de casos, donde los espacios escolares sean más amplios, estén menos densificados y la coordinación con la asistencia primaria sea más fluida.

Sobre la apertura generalizada de los centros en junio, el pediatra ha sido tajante al afirmar que "es demasiado precipitado" y que hasta septiembre "disponemos de cuatro meses para ver qué funciona".

Pere Soler ha aplaudido la decisión del Ministerio de Educación y las autonomías de crear un comité específico para diseñar las actuaciones de cara a septiembre, que "puede tener como referente las aperturas de los centros educativos en otros países".

Por su parte, el doctor Joaquín López-Contreras, responsable clínico de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Sant Pau, ha afirmado que "si no hay más remedio que abrir en septiembre, se deberán aplicar estrictamente las medidas que exigen los protocolos de seguridad para evitar contagios".

El especialista ha antepuesto la salud a cualquier otra consideración y ha instado a "adaptar en los colegios normas de seguridad y esponjamiento estrictas, como hacemos en el hospital".

En el caso de no poder acomodar las medidas "imprescindibles", ha apelado a la "responsabilidad" y a tener en cuenta que los niños "también contraen la enfermedad y la pueden transmitir a profesores y a otros adultos".

También ha valorado "muy positivamente", por "acertada y prudente", la creación de un grupo de expertos que estudie la vuelta a las aulas y en qué condiciones se hará.

Por su parte, la presidenta del Colegio de Pedagogos de Cataluña (COPEC), Rosa Rodríguez Gascons, ha remarcado la "absoluta necesidad de repensar el sistema educativo desde la pedagogía y no desde otros aspectos estructurales del sistema productivo, a los que no se debe subordinar la escuela".

Si la escuela en septiembre no se diseña pensando en los valores educacionales, la presidenta de los pedagogos ha alertado de que "se da el mensaje de que la función esencial del sistema educativo es la custodia, relegando el objetivo pedagógico de educar".

Para la presidenta del COPEC, lo primero que hay que valorar es que uno de los componentes esenciales de la educación es la socialización, y que "los contenidos curriculares se pueden impartir telemáticamente, pero el factor presencial no se puede obviar".

Pese a reconocer el valor pedagógico "innegable" de la socialización y la necesidad de conciliar, la portavoz del colectivo de familias Educació i Famílies, Mireia Boix, ha afirmado que "ante demasiadas dudas, lo primero es la vida y la salud".

La portavoz ha remarcado la "absoluta y necesaria prudencia ante la incertidumbre" y ha apelado a buscar alternativas "antes que poner en juego la salud de los niños y la de todos".

Boix he hecho un llamamiento a "entender que hay medidas de muy difícil aplicación, como la distancia física, sobretodo entre los más pequeños, pero también entre los mayores en espacios comunitarios".

Asimismo, ha pedido que se tengan en cuenta los valores pedagógicos o "corremos el riesgo -ha alertado- de volver a una escuela del siglo XIX, con miedo y pupitres aislados".

Ante las imágenes "desoladoras" que está dejando el regreso al colegio en otros países, Boix ha explicado que "hay muchas familias que se están replanteando si llevarán a sus hijos a clase en estas condiciones".