En las comunidades de vecinos se han tejido nuevas relaciones sociales que han contribuido a mitigar la desazón e incertidumbre generada durante el periodo de confinamiento vivido por el coronavirus. En el número 36 de la calle Prim de Bilbao, desde un pequeño balcón rodeado de plantas la actriz Karmele Larrinaga ha logrado cautivar a sus vecinos con varios minishow que les ha ofrecido en la cuarentena. Con una generosidad sublime, el 18 de marzo, la artista no dudó en transformar su pequeño mirador en un escenario repleto de luces y caracterizarse para la ocasión para iniciar su improvisada actuación vecinal. "¡Gabon, soy Karmele Larrinaga y soy actriz!", lanzó a viva voz ante el asombro de quienes estaban enfrente. La música empezó a sonar.

De no haber sido por el coronavirus ese mismo día, Karmele Larrinaga habría estrenado junto a la actriz Gurutze Beitia y el actor Txema Trujillo en el Euskalduna la obra Boleros, mentiras y vídeos caseros. Sin embargo, Larrinaga no estaba dispuesta a renunciar por completo a ese día tan especial por un confinamiento obligado. "Me preparé, me coloqué la boa de plumas blancas al cuello y a las ocho después de los aplausos comencé a mover el sombrero rojo", dice.

Lo que ella no imaginaba es que desde ese mismo instante entablaría unos lazos de amistad muy fuertes que serán difíciles de romper. "El primer día de confinamiento salí al balcón y empecé a fijarme en los pisos del portal 43. Vi a los chavales con música; otros comiendo en el balcón, a otra mujer cantando con dos niñas y empecé a pensar qué podía hacer yo", recuerda.

LOS VECINOS DE LA CALLE PRIM

DEIA, tras cincuenta días de cuarentena, ha convocado esta semana a pie de calle a este grupo de vecinos para conocer cómo han vivido el confinamiento tras descubrir que enfrente reside una actriz de los pies a la cabeza. Karmele lleva viviendo once años en esa casa de varios pisos de la calle Prim, pero curiosamente, no había tenido la oportunidad de conocer a sus vecinos como hasta ahora. Caprichos de la vida, ha tenido que llegar una pandemia para que Larrinaga haya descubierto que cuenta con unos vecinos excepcionales. "Son una maravilla, personas muy majas que me han ayudado en esta situación tan complicada", confiesa.

En frente, en el primer piso viven Meritxel y Viky, madre e hija; en el segundo, Rebeca y Antonio, los aitas de las pequeñas Uxue e Irati y, en el tercero, la pareja formada por Ana y José Ángel con sus dos hijos. Entre todos, con sus aportaciones han logrado formar la cuadri de Prim, dice Karmele. "Esta nueva realidad que nos ha tocado vivir nos ha enriquecido a todos. Estamos muy agradecidos a Karmele", lanzan con una sonrisa los vecinos. Tanto que pasadas las ocho de la tarde el autobús -dependiendo del conductor que lo condujera-, atravesaba la calle haciendo sonar la bocina: "Entre todos hemos animado mucho. Lo hemos pasado muy bien", apuntan.

Los vecinos del 43 de Prim tampoco sabían que en la casa del balcón con tiestos verdes vivía una artista con una gran sonrisa: "Nosotros tampoco conocíamos a Karmele; los chavales sí sabían quién era porque le habían visto en series de ETB", relata Ana al tiempo que agregaba que "Karmele ha sido para todos un gran descubrimiento. Es maravillosa", apuntan.

Los vecinos de Prim recuerdan cómo se desarrolló por sorpresa la primera actuación que les dejó a todos boquiabiertos. Todavía era de noche y salieron a las ocho a aplaudir. Fue en ese momento en el que desde unos palcos de lujo descubrieron que el balcón del segundo piso del edificio de enfrente estaba adornado con luces, como si fuera Navidad: "Me pareció precioso", dice Meritxel.

Pero lo que ninguno habría imaginado es que como por arte de magia el pequeño mirador se transformaría en un escenario rodeado de plantas y esos se convertirían desde sus palcos, en primera fila, en espectadores de un animado show. "Nos quedamos alucinados al verle cómo cantaba, cómo actuaba... Se nos hizo hasta corto y nos hinchamos a aplaudir. Sacamos los móviles y grabamos", explican el momento. De hecho, Antonio, vecino del segundo ha sido quien se ha encargado de inmortalizar esos momentos que Karmele ha ofrecido a sus vecinos de Prim desde su balcón. "Los vídeos son fantásticos", reconoce la actriz.

Segunda actuación

Hasta la fecha Larrinaga ha ofrecido dos actuaciones a sus vecinos; la tercera, -lo ha prometido- llegará una vez que la alarma sanitaria toque a su fin. "Ya tenemos ganas. Ese día nos vamos a vestir todos para actuar junto a Karmele", describen emocionados. La segunda actuación de la actriz se celebró el 24 de abril: "Yo me puse un vestido negro... Me metí en la actuación a tope". Tanto que llegaron a cortar las videollamadas con la familia para no perderse la actuaciones. "La familia alucinaba cuando les decía que tenía que cortar la llamada porque tenía actuación: ¿Dónde? Desde el balcón, les respondía".

Meritxel, diseñadora gráfica de profesión ha sido quien, casi a diario, ha decorado con mimo el balcón de Karmele, creando mundos de fantasía con dibujos y muñecos: "La idea era que en especial los más pequeños tuviesen ilusión al levantar la persiana por la mañana". Falta el último minishow, ese que llegará cuando el estado de alarma toque a su fin. Y, con mucha tristeza, será a partir de esa fecha cuando previsiblemente Karmele tenga que recoger sus cosas y abandonar su casa de Prim. "Lo que son las cosas, en plena pandemia en mi casa se pasean las termitas. Me tendré que marchar", confiesa. La noticia ha cogido por sorpresa a sus vecinos: "Nos va a dar una pena horrible. Hemos hecho tantas migas... Si Karmele se va, ese balcón quedará muy vacío", concluyen.