La ciudadanía vasca valora con un 8,2 (en una escala de 0 a 10) la atención sanitaria de Osakidetza a las personas enfermas de covid-19. Además, la mitad de los vascos considera que la respuesta del sistema sanitario vasco está siendo mejor que la de otras comunidades autónomas, un 35% cree que es igual y solo un 1% que es peor. Estos datos se desprenden de un estudio del Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno vasco que se hizo público ayer.

Además, las personas encuestadas otorgan un 6,8 a la “claridad” de la información y las recomendaciones dadas por las autoridades sanitarias de Euskadi. Con esa misma puntuación se valora la respuesta que las autoridades sanitarias vascas están dando a las necesidades de la sociedad durante esta crisis. Sin embargo, no solo es buena la valoración de las autoridades sanitarias vascas, sino del Gobierno vasco en general. De hecho, los vascos otorgan un 6,7 puntos a la gestión del Ejecutivo de Iñigo Urkullu, frente a los 5,5 que le dan al Gobierno español y los 4,9 a la Unión Europea. El estudio se ha centrado en las opiniones y actitudes de la población sobre la situación creada por la propagación del covid-19 y se ha basado en 750 encuestas telefónicas realizadas entre los días 27 y 29 de abril.

Según se desprende de este estudio, la ciudadanía vasca muestra una gran preocupación por la expansión del coronavirus: un 35% dice estar muy preocupado y un 50% bastante preocupado. Son más las personas que muestran inquietud por que alguien de su entorno cercano pueda enfermar (91%) que quienes se muestran preocupados por enfermar ellos mismos (71%). Otra de las grandes inquietudes de la ciudadanía en esta pandemia es la situación económica. Un 97% de los encuestados asegura estar muy o bastante preocupado por las posibles consecuencias para la economía de Euskadi. La opinión mayoritaria (siete de cada diez) es que la economía de Euskadi quedará debilitada para algunos años, aunque un 19% cree que la economía se recuperará con rapidez, mientras que un 9% cree que quedará fuertemente dañada para muchos años.

Un tercio de la ciudadanía muestra su preocupación por las consecuencias que la crisis pueda tener en concreto en su economía familiar. El 26% de las personas encuestadas que antes del estado de alarma estaba trabajando declaran que en este momento continúa su labor de forma telemática, otro 26% acude a su trabajo en un sector esencial, un 7% también se desplaza a su lugar de trabajo, aunque no está en un sector esencial, otro 18% está afectado por un ERTE, un 6% se encuentra de baja por motivos de salud y un 3% tiene un negocio propio que ha tenido que cerrar. Seis de cada diez ciudadanos asegura que su situación económica no ha cambiado. No es el caso, en cambio, de otro 10% que sostiene que su situación económica personal ha empeorado mucho y otro 28% que asegura que es algo peor.

Tras 42 días de confinamiento total en los hogares, el pasado 26 de abril llegó la primera medida de relajación: la salida de los menores de 14 años una vez al día y durante una hora. Después vendría la actividad deportiva y los deportes y el inicio del plan de desescalada. Más de la mitad de los vascos están de acuerdo con la medida que permite salir a los niños y niñas, un 8% considera que la norma debería ser más permisiva, mientras que un 9% se opone directamente a ella. En cuanto a la posibilidad de que las personas adultas pudieran salir a pasear o hacer deporte, algo que cuando se realizó la encuesta todavía no se había anunciado, seis de cada diez lo consideraron adecuado para todas las personas adultas y una de cada diez solo para las menores de 65 años. Un 13%, en cambio, consideró que no se debería dar permiso para pasear o hacer deporte.

La ciudadanía vasca tiene una buena percepción de sí misma en cuanto al cumplimiento de las normas impuestas para frenar la expansión del coronavirus: un 76% cree que las está cumpliendo “mucho”, mientras que otro 22% considera que las está cumpliendo “bastante”. Y solo una de cada diez personas asegura estar cumpliendo las medidas poco o nada convencido. La percepción del cumplimiento de las normas por parte del resto de la ciudadanía, en cambio, es menor: un 24% cree que se están cumpliendo mucho, un 61% que bastante, un 12% considera que se cumplen poco y un 1%, nada. Además, seis de cada diez personas encuestadas percibe que, a medida que se alarga el confinamiento, la ciudadanía se está relajando en el cumplimiento de las medidas para frenar la pandemia.

La mayoría de las personas encuestadas (83%) están pasando el confinamiento en familia y un 3% con otras personas. Un 13%, en cambio, están confinados solos. Un 20% declara llevar el confinamiento muy bien, un 65% bastante bien, un 12% bastante mal y un 3% muy mal. Preguntadas sobre cómo creen que llevan el confinamiento las personas menores de 14 años con las que conviven y las mayores de 65 años con las que tienen una relación estrecha, las personas encuestadas muestran una percepción más negativa sobre las personas mayores que sobre los niños.